EL día 3 de octubre próximo tiene prevista su aparición esta novela, Ayer no más, y las líneas que siguen a propósito de ella se publicaron ayer en El Cultural en un reportaje de Daniel Arjona sobre algunos novelistas actuales y su modo de entender el oficio de escribir novelas.
Nos gustan tanto algunas novelas porque hallamos en ellas un sentido que no tiene la vida, hasta el punto de que a veces acabamos ”metidos” en sus páginas, seducidos, creyéndonos parte de una ficción y entre personajes que acaban siendo más reales que nosotros mismos.
Yo tengo unas nociones muy elementales sobre la técnica y la teoría novelísticas. Escribo las mías por instinto, deseando que acaben siendo un organismo más que un mecanismo. Un organismo vivo es siempre superior, a mi modo de ver, a cualquier mecanismo, por perfecto que este sea, y acaso por eso no me ha importado arriesgarme de una manera un tanto insensata con temas “complicados”: continuar la trama del Quijote en Al morir don Quijote, un incesto en Los confines, o Ayer no más, la novela que se publicará el próximo octubre. Cuenta la historia de un profesor especialista en Guerra Civil, exmilitante del Pce, que regresa en 2006 a su ciudad natal, León. Allí se entera por azar de que su padre, falangista y vivo aún, presenció cómo se asesinaba en 1936 a un hombre delante del hijo de este, de nueve años. 70 años después ese niño aparece exigiendo reparación, justicia y, sobre todo, saber dónde enterraron el cuerpo de la víctima. El relato, inspirado en algunos hechos reales, está contado por todos y cada uno de los personajes que aparecen en él, enfrentados no sólo por el pasado, sino, principalmente, por el modo de recordarlo en un presente en el que pocos parecen atreverse a saber toda la verdad, contra lo que ellos mismos creen.
Yo tengo unas nociones muy elementales sobre la técnica y la teoría novelísticas. Escribo las mías por instinto, deseando que acaben siendo un organismo más que un mecanismo. Un organismo vivo es siempre superior, a mi modo de ver, a cualquier mecanismo, por perfecto que este sea, y acaso por eso no me ha importado arriesgarme de una manera un tanto insensata con temas “complicados”: continuar la trama del Quijote en Al morir don Quijote, un incesto en Los confines, o Ayer no más, la novela que se publicará el próximo octubre. Cuenta la historia de un profesor especialista en Guerra Civil, exmilitante del Pce, que regresa en 2006 a su ciudad natal, León. Allí se entera por azar de que su padre, falangista y vivo aún, presenció cómo se asesinaba en 1936 a un hombre delante del hijo de este, de nueve años. 70 años después ese niño aparece exigiendo reparación, justicia y, sobre todo, saber dónde enterraron el cuerpo de la víctima. El relato, inspirado en algunos hechos reales, está contado por todos y cada uno de los personajes que aparecen en él, enfrentados no sólo por el pasado, sino, principalmente, por el modo de recordarlo en un presente en el que pocos parecen atreverse a saber toda la verdad, contra lo que ellos mismos creen.
Cubierta y faja de la próxima novela de AT, que aparecerá en librerías el 3 de octubre de 2012 |
La guerra civil es un laberinto que atrapa a quien osa infiltrarse en sus horrores. A mí, el descubrimiento de ciertos rastros indignos de Gerald Brenan a su paso por España, también me sirvió de inspiración para escribir Anna Conway. Y de inevitable inmersión en realidades que hubiera preferido ignorar pero que me vi obligado a conocer.
RépondreSupprimerEspero que esté tan bien escrita como oportunista es el tema. De ese modo será sin duda una novela magnífica...
RépondreSupprimerEn fin, sí, esperemos que sea oportuna y no oportunista... Gracias, igualmente.
RépondreSupprimerHe dicho simplemente que he escrito una novela relacionada con la guerra civil. Si la hubiera editado no se me ocurriría utilizar este espacio para hacer publicidad.
SupprimerTal vez se ha "saltado" con un poco de precipitación....
Cancio, creo que sobra que se te indique que la puntialización de "oportuno" frente a "oportunista" dada por AT, se dirige al comentario del anónimo posterior a tu entrada. No obstante, te lo hago llegar para aliviar el posible picazón que puedas tener al no ser consciente de tu malentendido.
SupprimerUn saludo, Carlos
Después comprendí que no era el aludido. Como explicación a esta susceptibilidad te diré que recientemente escapé de un foro (de anfitrión también ilustre) donde mis discrepancias con el núcleo duro se convirtieron en persecución aldeano. Muchas gracias por tu aviso y un saludo.
Supprimerpues el argumento me parece muy prometedor, ojalá llegue a muchos.
RépondreSupprimersaludos
Los hechos y los personajes de su novela Días y noches, cuando la estaban leyendo, creía que eran reales. No se si para un autor eso es bueno o malo, desde luego para mi, como lector, es bueno. Me gustó mucho la novela. También me gustó al morir Don Quijote, aunque algún purista le reprochara su atrevimiento.
RépondreSupprimerGracias por la OPORTUNIDAD que nos brinda de volverle a leer.
RépondreSupprimerMe imagino, amigo Trapiello, que es consciente que la sinopsis de su libro en El Cultural conduce inevitablemente a la manida historia del abuelo de Zapatero dada la casualidad del lugar de los hechos.
RépondreSupprimerEn todo caso me llamó la atención del reportaje en El Cultural, el título de la novela de Prada, "Me hallará la muerte", que se une a la recientemente publicada por Jose Luis Olaizola, "Volverá a reír la primavera". Inmediatamente te viene a la cabeza el "Si te dicen que caí" de Marsé. Uno llega a la conclusión del enorme impacto de los versos del "Cara al sol", como fuente inspiradora de gran número de títulos de libros. Y uno no sale de su asombro.
Visto el tema y título de su libro, amigo Trapiello, y siguiendo con los versos del susodicho himno, podría haberle cuadrado el de "Y no te vuelvo a ver". Más comercial, literario y ya puestos, más bonito.
No soy un experto en la lengua y de todos es sabido el buen gusto y buen hacer de Andrés Trapiello con los títulos de sus obras, pero “Ayer no más” me suena a mexicano o por lo menos hispanoamericano, vamos, no muy leonés, tendremos que esperar a ver que nos cuenta en la novela.
RépondreSupprimerFernando
Tanto la familia de mi padre como la de mi madre se negaban a hablar de la guerra civil. Curiosamente estuvieron en ciudades diferentes y en bandos enfrentados durante la guerra, y cuando yo, llevado por mi curiosidad, les pedía que me contasen vivencias de la guerra, ellos se iban por las ramas, me daban largas o me preguntaban "¿y para qué quieres tú saber eso?" Creo que esa generación sentía una especie de vergüenza por las monstruosidades perpetradas y por el hecho de haber sacado lo peor de sí mismos. Sí: no era (al menos en mi familia) miedo a hablar; era deseo de olvidar y borrar el ayer para siempre. Se habla mucho de "memoria histórica", pero ¿qué me dicen del sagrado derecho al olvido? ¿Es que el trabajo que cuesta olvidar, desmemorizar el pasado, arrancarlo del cerebro y mirar hacia delante..., es que ese esfuerzo no merece ninguna protección?
RépondreSupprimerAITOR SUÁREZ
Zumo de poesía, el individuo es libre de olvidar aquello que le hiere recordar, pero la memoria colectiva no. La frasecita tan socorrida no deja de ser cierta: "La historia que no se conoce está condenada a repetirse".
RépondreSupprimerDicho esto, añado que en mi familia tampoco se hablaba de la guerra. Tuve un abuelo desertor, condenado a muerte y salvado sólo por las influencias de su padre. Fue siempre tema tabú. El otro abuelo, con tres hermanos caídos en el frente, tiró a la basura sus condecoraciones. Mi abuela las rescató y las guardaba en la caja de costura donde estaban los botones. Un día las encontré allí sin lustre ni cintas. "Se las dieron a tu abuelo en la guerra, pero no se lo recuerdes"... No se lo recordé jamás, pero no por eso quiero dejar de saber qué movió a ambos a actuar de aquella manera, aunque muertos ya sólo pueda especular con los datos de la historia oficial y las figuraciones novelescas.
Subyugar la realidad en la ficción es nuestra mayor diferenciación como especie, el arte, estoy de acuerdo con lo que dice.
RépondreSupprimerMuy interesante su libro , aunque más bien parece una novela documental ( Historia de un Secuestro es una gran novela basada en hechos y testimonios reales )
Leeré el libro y daré mi opinión. Espero sea un éxito
Chao
Estoy terminando de leer su libro, Las vidas de Miguel de Cervantes, donde se refiere usted, señor Trapiello, también, a la sabrosa diferencia entre organismo y mecanismo, aludiendo al Quijote. He de decir aquí, por poco sustancial que sea lo que uno diga, que sus libros sean novelas o ensayos, en suma, dándoseles el nombre que se quiera, tienen esa consistencia de organismo trabado, que no puede predicarse de tantísimos, y esto, lejos de ser un elogio, quiere ser la constatación de una realidad y nada más. Enhorabuena.
RépondreSupprimerSalud
Manuel Marcos
La foto de la portada es muy buena, el niño y el adulto al lado cortado. Los niños de aquella época que según me contaba mi padre iban con pantalones cortos siempre y con unas medias altas con franja doblada a la altura de la rodilla. El pequeño de la foto lleva medias cortas, es verano y se ven en sus rodillas los golpes de las audacias y las travesuras. La guerra, será un tema siempre oportuno y mientras más pase el tiempo los libros sobre ésta se harán más necesarios.
RépondreSupprimerComparto en cierta manera la misma historia, en mi casa tampoco se hablaba de la guerra si no para decir que había sido muy cruenta y pasado mucha hambre. Ahí se acababa todo. y solo ya cuando habían pasado muchos mas años me contaron algunas historias de los pueblos. Pero en mi familia no había ni héroes ni villanos, o así me lo hicieron creer mis padres que ya no pueden contar mas historias.
RépondreSupprimerEsperemos el libro con la alegria que a veces conlleva los hechos tristes recordados.
saludos
txema
¡Qué gran noticia! Enhorabuena por el resultado, estoy deseando su aparición. Comparto completamente la idea de la novela como organismo vivo. Saludos.
RépondreSupprimerNo se me distraiga, amigo Trapiello. Si ya ha entregado "Misería y compañía" (dice la telefonista de Pretextos que para septiembre) trabaje en "Mundo es", a ver si ganamos algún añito de los que llevamos de retraso.Suerte y larga vida y nosotros que le leamos.
RépondreSupprimerLa compraremos y la leeremos, claro, Dios mediante.... y esperando el próximo " Salón de pasos perdidos"... pero que sea GORDO, como los de siempre....jajajaja
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