28 juillet 2011

Mosquita muerta

FRENTE, o junto, si se prefiere, al Diccionario de los lugares comunes de Flaubert, necesitaríamos un Diccionario del Genio de la Lengua que recogiera esas expresiones artilladas que acaban haciéndola invulnerable a cualquier atropello de los lugares comunes, incorrecciones gramaticales o disparates lingüísticos que tan contentos ponen a los académicos sin imaginación, convencidos estos de poder pavonearse a su costa. Así pues, a “Estar como una regadera”, o “Ser más chulo que un ocho” o “Hacer la vista gorda” o “Tener una gran empanada mental”, añadamos hoy esta expresión felicísima que al contrario que las anteriores, de origen incierto y caprichoso, sólo pudo ocurrírsele a un gran observador de la realidad: “Ser una mosquita muerta”, tanto o más certera cuanto más exacta en un plano simbólico.

2 commentaires:

  1. Más el retintín de disgusto y de sorpresa con el que suele complementarse el dicho: mírale, y parecía una mosquita muerta, cuando ya les ha demostrado a todos el aludido ser más vivo que la más avispada de las avispas con vespa.

    RépondreSupprimer
  2. Descubro con sorpresa y alborozo este blog, y la página donde se incluye. Estaré muy atento y pretendo degustarlo como la Maura... tacita a tacita.

    RépondreSupprimer