EL toro que lancearon este año en Tordesillas se llamaba “Afligido”. Quien le puso ese nombre tan bonito no sabía que le esperaba una muerte tan triste a manos de gente tan plebeya. Suspende el ánimo asomarse a esa clase de abismos abiertos en el azar, con el sentido allá a lo hondo, bajo los pies. Y entre el sentido y nosotros, entre el pasado y el futuro, volando, como en el tajo de Jerez de la Frontera los vencejos, la rueda de los negros buitres.
* * *
HABRÍA SIDO bonito que alguien de las vanguardias, entre dadá y dadá, hubiese lanzado el “Manifiesto del tranquilismo” como fuerza de choque.
* * *
TENIENDO en cuenta que se lo dieron a miles de españoles y que ha quedado como una expresión viva, el diccionario de la Rae debería recoger, en la voz paseo, “dar el paseo” y “pasear”, significando con ello sacar a alguien para asesinarlo de modo alevoso, sin menoscabo de que los académicos sigan metiendo en él sus ocurrencias (PD. Emilio Gavilanes nos informa: en la próxima edición del Drae, saldrá. Setenta años después de la guerra. Al día).
(El Rastro, 2010)
Es inconcebible que en un país democrático y que se supone moderno, un ínnumero grupo de aficionados maltrate a un ser vivo durante cuarenta y cinco minutos sin que las fuerzas de orden público intervengan. El día que éstas dispongan de un protocolo mínimo de actuación que evite el acoso y vejación de un animal hasta su extenuación y muerte, podremos empezar a pensar que habitamos en un país con verdadero sentido de la justicia.
RépondreSupprimerPor la zona de Galicia que conozco las fiestas de tortura de animales son desconocidas; supongo que será por la dependencia y convivencia directa,como apuntó Castelao.
RépondreSupprimerEse "Manifiesto del tranquilismo", además de los abajofirmantes patanegra de rigor, desde que Mao encumbró la estirpe de presidentes/poeta, quizás también lo afirmara desde la hamaca, Gómez de la Serna mediante, no del todo afligido, nuestro poético presidente.
RépondreSupprimerSi tuviera que intervenir la Guardia Civil, como sería de recibo, no daría abasto con tanto energúmeno.
RépondreSupprimerEl primero en alancear al toro tiene el "privilegio" de darle muerte. El de este año declaró que se sentía "Dios, como Cristiano Ronaldo". Da una idea de la altura intelectual que se estila en ese certamen. Lo peor, el temor y la demagogia de los sucesivos alcaldes del municipio, que temen que en caso de echar mano al "festejo" les cueste un puñado de votos y tal vez la Alcaldía. O a lo mejor es que sencillamente su fiestita les encanta.
RépondreSupprimerDiscrepo. Le pese a quien le pese es una tradición muy nuestra, y como tal hay que respetarla
RépondreSupprimerY como acepción de dar el paseo, picar. Popular en los dos bandos. Y volvemos al toro, a Afligido.
RépondreSupprimerAsombro y perplejidad. El de la lanza dice que se siente como Cristiano Ronaldo, y Cristiano Ronaldo, dice que le envidian porque es guapo y rico........ Tiene uno la sensación de que lo del Toro y el futbol son garbanzos de la misma sopa.
RépondreSupprimerAh, soy de Tordesillas. Perplejo y plebeyo, Andres, aunque no colabore en el bovicidio.
Afligido bravo toro, de un pais (que fue) bravo.
RépondreSupprimerCuando comen pollo ¿le preguntan al carnicero por su nombre?
Es lo que tienen estos actos de barbarie. Basta aplicarles el adjetivo de "tradicionales", para que sus defensores crean concederles cierta respetabilidad y hacerlos poco menos que intocables. Por fortuna, las sociedades evolucionan y las "tradiciones" cambian. De no ser así, aún nos resultarían aceptables aquellas ejecuciones en garrote vil que Baroja (creo que en sus Memorias) presenciaba en la Plaza de San Francisco de Sevilla, en las que los pobretes del lugar vendían las más insólitas mercadería y hasta las madres lactantes se solazaban con el espectáculo.
RépondreSupprimerGracias, Andrés, por nombrar a "Afligido", un animal que ha tenido que sufrir una muerte lenta y cruel. Todos nosotros firmaríamos por tener una muerte rápida. No es lo mismo morir de un tajo como muere el pollo, si el matarife es diestro, que sentir el acero clavarse en la carne hasta la agonía, durante 45 minutos (como esas muertes a manos de psicópatas que nos sobrecogen en las novelas negras). Sin embargo sigue habiendo gente que se siente "herida" si atacas unas tradiciones que, sobre su piel, no les parecerían tan "festivas".
RépondreSupprimer