Como saben bien los que conocen El Rastro de Madrid, una buena parte de sus calles están en pendiente, por lo que los vendedores han de calzar sus mesas y tabancos. A lo largo de los años hemos visto toda clase de libros haciendo ese cometido, pocos tan apropiados ni mejor puestos.
lo de la gente es que es muy fuerte, usan los libros para todo menos para leer!
RépondreSupprimerEs un libro que predica con el ejemplo. Cosas de yoga. Saludos
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