30 avril 2011

La gallina ciega

Diario español, lo subtitula Max Aub. Has vuelto a él buscando un pequeño dato, como quien entra en un viejo reñidero de gallos, cerrado hace años, abandonado. Y has tenido que salirte de allí al poco, un tanto incómodo e impaciente, sin comprender la pasión que movió tantas peleas, tantas apuestas. Y lo que buscabas, quizás lo encontraste y no lo reconociste, porque nada se parecía a lo que recordabas, excepto el argumento del libro, que el tiempo ha vuelto aún más triste. Es un libro sobre el que llueve siempre. La queja trae descrédito, leemos en el Oráculo manual. Sí, en la queja siempre llueve sobre mojado. El autor repite tal argumento con esa insistencia de algunos ciegos, convencidos de que nadie les oye porque no ven a nadie: “¿Qué hay de lo mío?”.

6 commentaires:

  1. Es completamente cierto, ese libro resulta asfixiante; y no, como dirían los apologetas, porque retratase una realidad asfixiante, sino por eso que resume usted tan bien, Andrés, en andar todo el rato con su "¿qué hay de lo mío?". Aub se revelaba cabreado, cerril y sobre todo, completamente refractario a reconocer absolutamente el menor error en "los suyos", quienesquiera que fuesen. Era de un cerrilismo verdaderamente conmovedor. Ahora no tengo claro por dónde andará el libro, y sus "Diarios", pero en todos ellos el mismo tomo y el mismo prosovietismo atufante. No sé si era hace poco F. Aramburu el que citaba hace poco a Aub como un ejemplo, pero modestamente uno se ve obligadísimo a disentir. David Fdez.

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  2. Creo que hay que entender la decepción de Aub al regresar a España a finales de los 60. Él había dejado un país desarrollado, con leyes que tardaron 50 años en volver a promulgarse. ¡Un país donde se leía! Dejó un país que luchaba contra el fascismo y la opresión a los humildes (el 80% de la población) y se encontró la génesis de la sociedad actual.

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  3. Amigo Fernando, haría bien usted en documentarse un poco antes de idealizar de un modo tan antihistórico el país que dejó Aub. Enterarse, p. ej., de cómo se aplicaba la Ley de Defensa de la República, aprobada en el 32, o la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 (ambas, como puede usted ver, aprobadas durante el gobierno de Azaña). Y si me lo permite, le recomiendo que se aplique usted el cuento ("¡un país donde se leía!") con, p. ej., "El colapso de la República" del extraordinario historiador Stanley Payne. David Fdez.

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  4. Querido amigo David. Precisamente porque intento documentarme y leer lo he dicho. Yo le recomiendo a usted que se deje de seudo historiadores tipo Payne, Pío Moa o Cesar Vidal y mejor lea a Catedráticos de Historia de Universidad como Angel Viñas o Santos Juliá.

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  5. Fernando: si cree que Payne es un "seudo historiador", mejor lo dejamos. Por si le sirve de algo la wikipedia, le copio: "Doctor en Historia por la Universidad de Columbia y profesor emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde ostenta la cátedra Hilldale-Jaume Vicens Vives.2 También es codirector del Journal of Contemporary History,3 miembro de la American Academy of Arts and Sciences (Academia Americana de Artes y Ciencias), y, desde 1987, académico de la Real Academia Española de la Historia". Pero en fin, no quiero ensuciar este magnífico mechinal del amigo Andrés con debates... turbios. Con su pan de lo coma. David Fdez.

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  6. A fin de cuentas, lo que denota Aub en "La gallina ciega" es irritación ante un mundo que ya no reconoce y que no le reconoce.

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