“¡JESÚS, las cosas que hemos visto, sir John!”... Se lo dice Maese Shallow a quien fue amigo del príncipe heredero. El día de su coronación, cuando este accede al trono con el nombre de Enrique IV, sir John Falstaff, su inseparable cómplice de francachelas y atropellos, se le acerca. Está convencido de que aquel joven seguirá de rey la senda disoluta que habían llevado hasta entonces, pero desde la cumbre de su corona le mira grave y fijamente: “Mendigo, no te conozco”. ¡Cuántos recuerdos barridos en una sola frase! Es entonces cuando Maese Shallow, uno más del clan que acompañó al futuro rey y a Falstaff en tantos desórdenes, se pone elegiaco.
Sí, las cosas que hemos visto... La prudencia ha dejado de tener la buena consideración que gozaba entre los clásicos. En muchas de las críticas que se han hecho a la transición española se trasluce el resentimiento, la prudencia les parece ridícula y una coartada para la cobardía. Por eso han elegido una palabra que lleva dentro la jactancia, la burla y el desprecio: “miedito”. Es verdad, los viejos suelen tener más miedo que los jóvenes, porque han visto más. Gorbachov, a las pocas semanas del triunfo de Trump, declaró: “El mundo se prepara para una nueva guerra”. Nadie, acaso por superstición, quiso glosar esas palabras. Si es, será una guerra a la altura de la jactancia y el desprecio, hija de la coyunda de “posverdades” y “hechos alternativos”. Habremos pasado de la burla al sarcasmo. ¿Es extraño, pues, que las cosas que hemos visto nos hagan temer las que veremos?
“Cosas veredes, amigo Sancho”... Muchos creen que son palabras del Quijote, donde no figuran. Parecen deformación de unas de Alfonso VI: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”. La impresión de que hemos entrado en una nueva era se va apoderando de todos nosotros, el convencimiento de que el orden mundial que se inició en 1945 ha llegado a su fin, es compartido cada vez por más gente. Pese a que todos sabemos que los alumbramientos de las épocas nuevas son traumáticos y sangrientos, pocos aún, como Gorbachov, se atreven a vaticinar cosas, sí, que harán hablar las piedras. Y ahí andamos, recordando las cosas que hemos visto, incluso las que no hemos visto, porque no han sucedido aún, para no tener que hablar de las que ya estamos viendo sin ir muy lejos.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 26 de febrero de 2017]