"LA guerra misma cuando es llevada con orden y respeto sagrado de los derechos ciudadanos", leemos en la Crítica del juicio, "tiene algo de sublime en sí y, al mismo tiempo, hace tanto más sublime el modo de pensar del pueblo que la lleva de esta manera cuanto mayores son los peligros que ha arrostrado y en ellos se ha podido afirmar valeroso; en cambio una larga paz suele hacer dominar el mero espíritu de negocio, y con el bajo provecho propio, la cobardía y la malicia y rebajar el modo de pensar del pueblo."
Creo que estas líneas están en la raíz del proyecto de novelar las guerras barcialeas, y, de paso, de toda la fascinación por la guerra de su autor, Ferlosio, aunque sólo estas, también de Kant (Hacia la paz perpetua), hacen admirables los numerosos ensayos de este sobre el "arte de la guerra": "Una federación de Estados que tenga como finalidad evitar la guerra es el único estado jurídico compatible con su libertad."
Quiero decir que la novela permite al novelista buscar en la guerra los valores que en modo alguno encontrará ni mucho menos justificará el ensayista. Qué hacía Kant escribiendo textos tan contrarios entre sí, es algo que se me escapa por completo, pero seguramente habrá escoliastas que ya lo habrán aclarado.
Quiero decir que la novela permite al novelista buscar en la guerra los valores que en modo alguno encontrará ni mucho menos justificará el ensayista. Qué hacía Kant escribiendo textos tan contrarios entre sí, es algo que se me escapa por completo, pero seguramente habrá escoliastas que ya lo habrán aclarado.
Curtidos, Tetuán, 11 de noviembre de 2005 |