LEE uno estos días en internet una gran entrevista con Amelia Valcárcel, filósofa, catedrática de lo suyo y consejera de Estado. Es una entrevista de hace dos años (segunda entrada de Google). Aunque es una lástima no haberla leído antes, no es en absoluto algo de lo que podamos culparnos, al contrario: en este mundo aceleradísimo nuestro, suele ser lo habitual llegar tarde a las cosas, pero eso puede hacernos vivir aún en un tiempo humanizado. Y de eso trata esa entrevista, de humanizar e individuar a quienes tantas veces a lo largo de la historia apenas fueron humanos y hasta fecha reciente, y aun hoy, ni siquiera individuos. Estamos hablando de la mujer.
Se ha preguntado uno a menudo por qué el feminismo despierta tanta impaciencia en tantos varones (¡y mujeres!) , y he llegado a una conclusión bastante chestertoniana: si el feminismo no se ha tomado más en serio es porque se supone un asunto exclusivo de las feministas; bastaría con que contara en sus filas con una docena de hombres ilustres e influyentes comprometidos en esa causa con el mismo tesón y brío combativo que ellas, para que se mirara de otro modo. Pero lo cierto es que a pesar de que tantos consideren el feminismo algo exclusivo de las mujeres, en el peor de los casos como la cocina, y en el mejor como parir, “el feminismo es uno de los pilares de la democracia, y es una de las políticas que nacen con el mundo que vivimos. Porque venimos de sociedades en las cuales las mujeres no son nada”, nos dice Valcárcel, que nos recuerda que “el feminismo no tiene nada de que avergonzarse. No ha producido violencia ni tiene todavía ningún muerto en el campo contrario. Y ha logrado, con métodos pacíficos siempre, y a costa de las vidas de mucha gente que se ha sacrificado, ir consiguiendo meta tras meta”. Por gusto reproduciría aquí toda la entrevista, inteligente, clara, irrebatible, de la que ni siquiera está ausente el humor. No se la pierdan, créanme. Ah, se dice uno, qué lastima que se la hayan perdido los varones (¡y varonas!) de la docta casa, hechos todo el día la picha un lío con estas cosas. “¿Qué opina del lenguaje de género o inclusivo? A mucha gente le parece ridículo”, se le pregunta. Y esta es su respuesta, meridiana como sol en la nieve, como la impronta de un gorrión en ella: “No lo sé, la primera vez que se dijo “médica”, probablemente alguna persona se asustó. ¡Pero la decimoquinta vez ya no se asusta nadie! La primera vez que se dijo “abogada”, también, y la decimonovena vez ya no se asusta nadie. Yo soy consejera de Estado. La primera vez que se dijo “consejera”, supongo que alguien se asustó. Pero, como todo, el lenguaje sirve para hablar de lo que hay; lo que pasa es que el lenguaje cambia más despacio que lo que hay. Las mujeres corren más que el lenguaje. Por lo tanto, el lenguaje tendrá que seguir nuestros logros y no preocuparnos de ello. Todo suena muy ridículo, ¡pero a mi más ridículo que la palabra “modisto” me suenan muy pocas cosas! ¡Y la Academia de la Lengua la aceptó en los años 50! ¡Así que allá ellos! [y ellas, habría que añadir hoy]. Les parecía muy poca cosa que un señor que hacía trapos se llamara “modista”. O sea que si a ellos les pareció bien “modisto”… sígase el razonamiento, que va él solo”.
[Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 17 de marzo de 2013]
Los cambios en el lenguaje, al principio, nos dan repelús, pero es cuestión de que el oído se acostumbre. En su día Lázaro Carreter despotricó contra el vocablo "peatonal" e incluso le dedicó un Dardo, defendiendo la expresión "calle de solo andar" en vez de "calle peatonal". Sin duda esto ilustra que las personas cultas e inteligentes pueden también decir idioteces. El propio Fernando, quien -aunque un poco cascarrabias- era intelectualmente honesto, reconoció años después su equivocación y bendijo el adjetivo "peatonal", hoy tan común.
RépondreSupprimerEn el vídeo "Pienso, luego existo", dedicado a la filósofa Amelia Valcárcel, hay un momento en que interviene el también filósofo Manuel Cruz para decir: (…) A. Valcárcel ha creado una "retranca" filosófica admirable(…) que la convierte en "adorable"… ¿Se adjetivaría de esta forma si se tratara de un filósofo varón?
RépondreSupprimerEs complejo el asunto como para quedarnos en las ramas. Cuando menos te lo esperas, “salta la liebre”.
Simone Weil, feminista heterodoxa, como todo en ella, escribe:
«Las personas está hechas de tal modo que quienes oprimen no sienten nada; es la persona oprimida la que siente lo que está ocurriendo. A menos que nos hayamos puesto del lado de la persona oprimida, para sentir como ella, no podemos entender.»
"La gravedad y la gracia".
Un compañero del colegio, a la pregunta de "¿Cuál es el único ser racional que hizo Dios?", respondió (después de "el Hombre" de toda la clase) "y la mujer". Este debió llegar a lendakari por lo menos.
SupprimerPero basta de chistes. La gente habla español o no habla.
Dice María Zambrano con el rigor que le es propio.
Supprimer«Si el pensamiento no barre la casa por dentro, no es pensar.»
Pero es ya costumbre quitar el polvo por encima, con un buen plumero. Mucho simular limpieza, para dejar todo un poco peor de lo que estaba.
Parece que permanecer flotando siempre en la superficie, anclados en lo secundario, no es algo accidental e inocente, sino estrategia bien planificada por nuestra impotencia, para no ir al fondo de las cosas, pensando y viviendo conforme a ese pensamiento.
Puede ser indicio de cierto disimulado complejo el andar con esta parafernalia de cambios en el lenguaje, aun cuando el sentido estético de la lengua sale a veces tan mal parado.
Sería más consecuente atenerse a los hechos: el condescendiente "adorable" aplicado al discurso y persona de A.V. sí es algo revelador, puede indicar que algo chirría por los intersticios de la cultura imperante.
Tengo una amiga feminista que está haciendo toda una labor de "deconstrucción" de los cuentos clásicos. Las princesas no tienen por qué casarse, ni bordar, ni usar el rosa en sus atuendos. De esta guisa, el lenguaje de género amenaza los textos y no importa que al final salga algo indigerible también desde el punto de vista estético, que no es asunto menor.
¿No habrá algo de intolerancia pueril en esta querencia de hacer cambios, en absoluto relevantes para un progreso más auténtico?
El cambio de modista a modisto tampoco es tan grave como para ir a tomarse la revancha. De sastre, sastra, de toda la vida.
En fin, con esto queremos decir que la lucha por un ser humano mejor es la lucha que tienen que hacer mujeres y hombres, juntos.
M.Zambrano no admitía que se la llamase filósofa, sino filósofo, porque el pensamiento, decía, es neutro.
Ella habla de la paz y la justicia, de la vida más humana de la persona.
«La paz es mucho más que una toma de postura: es una auténtica revolución, un modo de vivir, un modo de habitar el planeta, un modo de ser persona.»
Muy correcta y certera exposición.
Supprimer¿Qué hacer si al deshojar una margarita nos encontramos con un margarito?
Un saludo.
Llegado en la posguerra el nuevo juez al pueblo, a muchos de sus habitantes bien pronto se les ponía voz de José Mota, versión Tía del Visillo para decir regurgitando: “Habráse visto la jueza…”
SupprimerLos que peinamos canas casi todo, oímos hoy jueza y pensamos en la mujer de aquel juez (don Fernando Rubiales en mi caso; por ser padre de su hija tiene una calle en el pueblo). Si ahora, con más juezas que jueces se les dijera simplemente juez, como para sí misma autor y filósofo prefería María Zambrano según se nos informa, pues quizá no sería mal síntoma sino señal de que se había empezado a ir tras lo importante, lo sustantivo, lo neutro, lo Zambrano. Detrás de las cosas para agarrarlas y empezar a que cambien de verdad más positiva y rápidamente. Detrás de las cosas y no detrás de los nombres sólo funcionales de las cosas con los que polemizar, liarnos, e ir tan despacio hasta detenernos o volver marcha atrás como ocurre a veces en más de un aspecto.
Sólo juez y jueces: ¿y si un razonamiento a lo Zambrano también pudiera ir solo y seguirse, y con el rebautizo o confirmación de una sola pero bien importante cosa, la justicia empezara a funcionar mejor? Con la repercusión en tantas otras que de ella dependen…
Su nominalismo utópico cómo sigue, ¿con que la repercusión en tantas otras cosas que de la justicia dependen… sería “importante”?
SupprimerMucho cuidado con la palabra “importante”. Con este tipo de palabras siempre gana el dios Dinero y sus representantes en la Tierra, a quienes coloca muy bien en sus árboles sagrados para convertirlos a todos en dinero, que es “lo que es”: “lo que es” De Guindos por ejemplo, no hay más que oírlo. En cambio, “tras ser obligados a bajar de ellos, nosotros mismos humillados y ofendidos desinflamos nuestros globos, atravesamos el parque y volvemos a casa”. Olvidamos que nuestro cuento siempre acaba así. A ver si alguna vez recordamos que como “ganador” etc., la palabreja “importante” es de ellos y que en cuanto empezamos a usarla nosotros ya hemos perdido.
Lázaro Carreter era lo mejor que hacía: despotricar (de potro).
RépondreSupprimer"Cuando un individuo se mantiene en situación de inferioridad, el hecho es que se vuelve inferior."
RépondreSupprimerSIMONE DE BEAUVOIR
¿Cuántos seres humanos, hombres y mujeres, hay en el mundo con este desvalimiento?
Fuegos de artificio , nunca habrá igualdad y a mayor crisis peor perspectiva . La mayoría de las mujeres que ocupan altos cargos empresariales son herederas y detrás de una politica suele haber un buitre esperando réditos .
RépondreSupprimerA la mujer se le ha hecho ver que siendo bonitas pueden encontrar un Principe y tal y tal , todo mentira y encima son más " machistas " que antes .
El sufragio nació por la necesidad del comercio de tener mano de obra femenina , los grandes almacenes es el origen de este movimiento , luego sí se ha filosofado mucho repitiendo tópicos hasta la sociedad , predicando en el desierto . Bien está que se hable a favor de las mujeres , pero con rigor y que ellas hacen cosas mejores y peores , no valen pata todo ( nadie vale para todo ) y por supuesto que a muchos pobres diablos se les ha echado de casa al perder el trabajo y pecar de buenos o de tontos .
Una cosa es el feminismo y otra cosa querer ser como los hombres . Somos diferentes y los hombres no hacemos ciertas concesiones aunque parezca lo contrario . Muchas parejas han avalado pisos y han perdido todo , el avalista desahuciado suelen ser los padres de la mujer . La prensa pone anuncios de prostitución y ninguna mujer de éxito protesta .
Al final todo es dinero , si hubiera un tratamiento psicológico para los casos difíciles habría muchas menos asesinadas . En contra de lo que dice la filosofo las mujeres si producen víctimas y maltratados . La sociedad es culpable y los problemas se resuelven con dinero y honradez.
Chao
Quedar atrapado por una vocación y un "destino" que ilumine todo plenamente. Esa debe ser la condición para ir a lo esencial y no enredarse en lo accesorio, cortina de humo que todo lo nubla.
RépondreSupprimerLa Santa de Ávila fue mujer, pero no tenemos noticia de que para ella fuera una cuestión decisiva. Parece que encontró la seguridad en su propio y arrebatado impulso.
Premonitoria Santa Teresa de otra mujer con "destino": Simone Weil, santa laica, judía y mística cristiana.
Parecida la despreocupación por su "condición femenina", la misma vocación extrema de servicio al ser humano. Hasta la muerte, literal en el caso de Simone Weil.
Copiamos un poema de Teresa de Jesús, con título esclarecedor.
EN LA CRUZ ESTÁ LA VIDA
"En la cruz está la vida
y el consuelo,
y ella sola es el camino
para el cielo".
En la cruz está el Señor
de cielo y tierra,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo,
"Y ella sola es el camino
para el cielo".
De la cruz dice la Esposa
a su Querido
que es una palma preciosa
donde ha subido,
y su fruto le ha sabido
a Dios del cielo,
"Y ella sola es el camino
para el cielo".
Es una oliva preciosa
La santa cruz
que con su aceite nos unta
y nos da luz.
Toma, alma mía, la cruz
con gran consuelo,
"Que ella sola es el camino
para el cielo".
Es la cruz el árbol verde
y deseado
de la Esposa, que a su sombra
se ha sentado
para gozar de su Amado,
El Rey del cielo,
"Y ella sola es el camino
para el cielo".
El alma que a Dios está
toda rendida,
y muy de veras del mundo
desasida,
la cruz le es árbol de vida
y de consuelo,
"Y un camino deleitoso
para el cielo".
Después que se puso en cruz
El Salvador,
en la cruz está la gloria
y el honor,
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
"Y el camino más seguro
para el cielo".
SANTA TERESA DE JESÚS.
Hay tantas cosas hoy día "ridículas", no solamente palabras, si no novelas enteras, ensayos, obras completas de un escritor/a que aún siendo académicos/as son ridículas, prescindibles y olvidables en menos de una generación.
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