"HACE ocho o nueve años compré en Internet un ejemplar de su primer libro de poemas:
Junto al agua. Dos sorpresas al abrir el envío: una encuadernación en media
piel roja, nervios, hierros dorados, papel de aguas, y una dedicatoria firmada
por el autor el mismo 1980 de su publicación. Conservaba las cubiertas
originales, pero no la sobrecubierta.
"Para
José y Herminia con el verdadero afecto de Andrés Trapiello marzo 1980"
escribió A.T, en siete líneas con tinta negra.
"¿Quienes
serían estas personas que encuadernan tan preciosa, y quizás tan costosamente,
el primer libro de un autor desconocido? Me pareció la prueba evidentísima de
que ese afecto del que hablaba el autor era recíproco.
Años
después, en una de las entregas de Salón de pasos perdidos, habló A.T. de
Herminia. Mi mala memoria, y la extensión de los "salones", me han
impedido reencontrar esa referencia. Herminia,
la librera de Mirto. Creo que nunca nos habló de una librería con tanto amor.
"Me
siento un eslabón en esa cadena de afectos: mi amor por la obra de A.T. me hace
sentir cómodo con algo que en principio me intranquilizaba: tener entre mis
manos algo que formaba parte de la intimidad de un escritor y sus amigos.
Y
me lleva a pensar en el eslabón siguiente, en la tercera, en la enésima vida de
este Junto al agua".
Hasta aquí el relato que este para mí desconocido amigo, Paco Sánchez Bellón, ha publicado en la página de Facebook Spp. Me conmueve saber hoy, después de tantos años en los que ya no están con nosotros ni José Muguruza ni Herminia Allanegui, que encuadernaran aquel libro tal y como hacían con los de los mejores poetas españoles modernistas y veintisietinos, que ellos avaloraron antes que nadie. El rótulo de su librería Mirto, que dibujó José, arquitecto del Museo del Prado, es el único objeto que hay en nuestra biblioteca (junto a una foto de JRJ, hecha por Juan Guerrero, y una ramita de mirto, arrancada por nosotros del que crece al pie de la tumba de Leopardi, en Polisipo de Mergellina).
Cuando Mirto cerró, fui muchas tardes a ver a su dueña, hasta que murió. Era la viva expresión de la alegría, de la nobleza, de la distinción natural. Yo imaginaba que Zenobia habría sido un poco así (tampoco habían tenido hijos), que así debieron de ser también las mujeres de la Institución Libre, sus amigas. Ella era un ventanal abierto al aire más puro y limpio del pasado.
El rótulo, enmarcado en una media caña, reposa sobre los libros de poemas de JRJ, a un lado, y al otro, sobre los de Paco Giner de los Ríos, cosas afortunadas del azar.
No sé cuál fue el camino que ese Junto al agua siguió a la muerte de Herminia, pero sí que hoy está donde tenía que estar, y deseo que siga ahí muchos y buenos años, agradecido profundamente a todos ellos. Que si los libros en edición diferente dicen cosa distinta, dicen cosa mejor en las mejores manos.
La vida la sentimos tan provisional, y sin embargo... ¿irremediable nuestro amor por ella?
RépondreSupprimerSuspendidos inspiración y sentido en este hermoso haiku del poeta japonés Issa.
Este mundo de rocío
mundo, como es, de rocío
y, con todo...
Según los principios de la educación estética japonesa, todo ser humano puede y debe escribir poesía.
SupprimerAsí lo expresa en este haiku el poeta Buson.
Lluvias de primavera;
¡pobre de aquel
que nada escribe!
Parece que el personal se quedó mudo . No es bueno dejarse abrumar por los acontecimientos y sí reivindicar esas aficiones que hacen perdurables los sueños y ayudan a inmunizarse contra la contagiosa toxicidad del momento . " sobre el mal está todo escrito sobre el bien está por seguir escribiendo "
RépondreSupprimerChao
De la lectura de sus líneas me han llamado la atención dos aspectos: desde el formal el último párrafo, verdadera poesía en prosa, y desde el conceptual advertir que cuando se trata de "asuntos gananciales" nunca se olvida usted de usar el posesivo en plural. Hoy es nuestra librería, otros días han sido nuestros hijos, nuestra casa. No es frecuente que quien escribe deje de utilizar la primera persona cuando se refiere a lo común. Muy coherente esta postura, desde luego, con la sugerencia del *
RépondreSupprimerHA, JM. Como quizá ya unos cuantos miles de millones, judíos o no judíos..., a descansar con los antepasados. Agregados a las filas tan temidas por Unamuno, a la “procesión de fantasmas de la nada a la nada” si Dios no lo remedia. Antes, es probable que los libreros leyeran EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR, libro de Marguerite Yourcenar al que pertenecen estas muy borgianas líneas acerca de otras de Beda el Venerable.
RépondreSupprimer“(…) Edwin, rey de Northumberland y por entonces el príncipe más poderoso de la Heptarquía británica, acababa de recibir a un misionero cristiano que le pedía su permiso para evangelizar el territorio. El rey convocó a su consejo. Como corresponde, el gran pontífice de las divinidades locales, un tal Coif, fue invitado el primero a exponer su opinión. El lenguaje de aquel prelado fue más cínico que teológico:
«Francamente, rey ―vino a decir―, desde el tiempo en que sirvo a nuestros dioses y presido los sacrificios, jamás fui más favorecido por la suerte ni más dichoso que los demás hombres que no rezan, mis súplicas muy pocas veces fueron escuchadas. Por tanto, doy mi aprobación para que acojamos a otro dios mejor y más fuerte, si es que lo hay.»
El sacerdote había hablado como un pragmático; el jefe de clan que luego tomó la palabra habló como un poeta y un visionario. Llamado a dar su opinión sobre la introducción en Northumberland de un dios llamado Jesús, aquel "thane" [un jefe, un noble] cuyo nombre ignoramos amplió, por decirlo así, el debate:
«La vida de los hombres en la tierra, ¡oh rey!, si la comparamos con los vastos espacios de tiempo de los que nada sabemos, se parece, en mi opinión, al vuelo de un pájaro que se introduce por el hueco de una ventana dentro de una espaciosa estancia en la que arde un buen fuego en el centro, que calienta el ambiente, y en donde tú estás comiendo junto a tus consejeros y ligios mientras afuera azotan las nieves y lluvias del invierno. Y el pájaro cruza rápidamente la gran sala y sale por el lado opuesto: regresa al invierno y se pierde de tu vista. Así ocurre con la efímera vida de los hombres, pues ignoramos lo que la precede y lo que vendrá detrás...»
La conclusión del “thane” coincide con la del pontífice: ya qe nada sabemos, ¿por qué no acudir a los que acaso sepan? Semejante punto de vista es propio de un espíritu abierto; lleva a aceptar ciertas verdades o hipótesis sublimes pero también, en ocasiones, a admitir la impostura y a caer en el error”.
El mirto, la diamela, el azahar, el jazmín, el espino albar… todas en alborada, perfumadas, preparadas para la celebración de la vida, y algunas como el mirto, también de la muerte.
RépondreSupprimerUnos fragmentos de una leyenda oriental recogida por la Revista de la Sociedad Literaria y Artística de Granada, 1847.
(…) El fúnebre ciprés crece sobre una alfombra de mirtos y el tulipán de oriente brota a la sombra del espino del desierto.
(…) Vamos donde crecen el cedro y la palmera y el ciprés y el mirto y el tulipán y el espino.
Allí donde el cielo es azul y las fuentes cristalinas y las flores olorosas como ninguna.
Hoy fui a la ciudad a comprar " nuevas gregerias " , lo dejé encargado . El caso es que me entretuve hablando de literatura y especialmente de borges con el vendedor ; compré " el caso Brodie " y a la hora de pagar , la chica de la caja me dijo : te escuhe hablar de Borges y voy a leerlo por primera vez . Me senti muy halagado y le dije : tu puedes , verás como te vas a sentir más inteligente .
RépondreSupprimerBuson tiene razón , escribir es algo espiritual y autopedagogico , aunque sea nihilista . Hay muchos complejos y la gente se averguenza por miedo al ridiculo o a las criticas pero hay qiue ser valiente y aprender , todos podemos y nos hace mejores . Animo a los lectores a escribir , da alegrias ( que es mucho dar )