NO hay escrito de Sánchez Ferlosio, por descuadernado que parezca, que no contenga algo, y aun mucho, para pensar. Pero tanto como el pensar nos ha gustado en él siempre cómo se vale del humor para llegar a los asuntos de los que se ocupa. Así el artículo del domingo pasado, que vino en el momento en el que preparaba uno una de las hojas de este almanaque, sobre la guerra, que aquí se publicará mañana.
En ese de Ferlosio, aparte de las consideraciones que se hacían sobre las armas y el matar, llama su autor nuestra atención sobre una película, Franco, ese hombre, en la que descubre la esencia de lo que fue el Generalísimo y el totalitarismo que instauró a base de "pólvora pura", a falta de la cual tuvo que contentarse, tras la guerra, con la "pólvora descafeinada" con la que despachaba gamos, sucedáneos de hombres, en los bosques del Pardo. Pocas veces habrá visto nadie en menos líneas desmenuzada la naturaleza y la pulsión criminal de aquel régimen.
Pero, a mi modo de ver, el momento más gracioso (dicho esto como homenaje a quien ha tenido siempre la gracia al escribir), era aquel en que recuerda, de sus años infantiles... Él lo cuenta mejor: "En los cines de Roma, en mi infancia, cuando estaban los indios en pantalla preparando alguna de sus fechorías y de pronto sonaban en off las trompetas de la caballería americana toda la sala rompía en un clamor: Ecco li nostri. Eran sin duda más primitivos y por tanto más clarividentes que los españoles, que decían «Los Buenos»”.
Y por eso, viendo las cosas que suceden hoy en España, tan barroca como Italia, y ante Luis Bárcenas, arropado por el presidente de Gobierno y todo el Partido Popular, el rey y sus seres queridos y/o entrañables y tanti quanti, ante todos ellos, digo, podríamos imprimir en ese grito todo el sarcasmo: ecco li nostri.
Claro que mirando lo que sucede ahora mismo en Italia, ante Berlusconi y Grillo, podríamos añadir también: ecco li suoi.
Cartagena de Indias, 29 de marzo de 2007 |
Claro, Ferlosio está haciendo la sana distinción entre "los buenos" y "los nuestros". Parece que los italianos hartos de "cosa nostra" ni se molestan en escamotear a "los nuestros" entre "los buenos".
RépondreSupprimerDebería ser que los buenos fuesen siempre los nuestros, pero desgraciadamente sucede todo lo contrario que los nuestros son siempre los buenos.
RépondreSupprimerVinieron los sarracenos
y nos molieron a palos
que Dios ayuda a los malos
cuando son mas que los buenos.
En cine de pueblo y posguerra española, si en lugar del Gordo y el Flaco, Charlot o la Mula Francis, tocaba película del Oeste, aquellas matinés seguramente fueron más salvajes que en Roma. No completamente justificado pero sí explicado queda el origen del odio de Sánchez Ferlosio al género. "Ecco li nostri?". Nada de palabras en el gallinero de aquel cine sino unos espantosos alaridos acompañando al fuerte y tal vez peligroso pateo del suelo. ¿De madera? No lo creo, pero aquel frágil anfiteatro lo recuerdo a punto de caer sobre el patio de butacas… donde si podía, el juez don Fernando, explicaba seriamente algún aspecto de la película a Fernandito, el primogénito de su numerosa prole. Mi padre, que yo recuerde, nunca fue al cine.
RépondreSupprimerCambiare si può, quello che ieri sembrava impossibile oggi sta diventando realtà. Clicca qui per partecipare: http://bit.ly/XnFM0g
[ITALIA. ¿Horrizarse, escandalizarse, carcajearse de Beppe Grillo? Todos esos verbos, y más… a todo lo demás. ¿Frivolidad? Por la demasiada gravedad de ese todo lo demás por ejemplo también aquí en España, quizá no. Los Pepitos Grillos nunca llegarán al poder pero a este paso pueden ser los únicos que sepan enviar cri-críes que no tengan más remedio que escuchar las cabezas, digamos, de los más poderosos: personas, partidos o lo que sean. Escuchar… Y a ver si pasa algo de verdad.]
Pues sí, escuchar al individuo y sus razones, que no suelen ser otra cosa que las leyes de "la razón común".
SupprimerMe tropiezo con un hermoso pensamiento de Joseph Joubert: "Todo lo que tiene alas está fuera del alcance de las leyes".
Las leyes a veces como mutilación; con frecuencia al servicio de la injusticia.
¡Ah, unas alas!
El eterno sueño de volar...
y siempre cortándonos las alas.
«Ecco li so», lo nuestro, defender lo propio. Declaración de intenciones que no parece sólo patrimonio de un determinado país o comunidad, sino algo bien arraigado en la condición humana cuando actúa con espíritu tribal. Así la tribu puede justificar cualquier egoísmo. Y la metáfora central de tal egoísmo, los hijos. Por los hijos, a veces, se pondrá en cuestión la propia dignidad, si es preciso.¿ No se nutren los nacionalismos de este sentimiento paterno- filial convenientemente hipostasiado en "Lo nuestro"? Lo nuestro es lo que "nos diferencia", es por lo que merece la pena luchar, y morir si es necesario. Para ello hay que "desconocer al otro". Como bien dice Plauto en su célebre frase : «Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.»
RépondreSupprimerR.S.Ferlosio en su libro «La hija de la guerra y la madre de la patria».
BERLUSCONI. El imperativo "Silete" --"Callad"-- con que en un diario italiano empezaba un artículo dirigido a los llamados "intelectuales" y referido a la entrada en guerra, días después aprobada por inmensa mayoría en el Parlamento, me recordó en el acto la antigua norma ya no me acuerdo si trapense o cartujana "Psalle et sile", que a su vez me hizo pensar que la condición del buen soldado también podría caracterizarse por marchar "cantando y callando": callando huelga decirlo, ante la voz de mando, y cantando, por supuesto, el himno de la patria. No hará tal vez un año escribí este pecio: "La verdad de la patria la cantan los himnos: todos son canciones de guerra". La asoladora ola de patriotismo a todo tricolor y a todo volumen de himno de Mameli desatada por la ofrenda de los soldados hecha por Berlusconi a George W. Bush para su contencioso con Afganistán, sentimentalmente apoyada coram populo-- y sobre todo ad populum— por el jefe del Estado nada menos que desde Solferino a San Martino, no tiene, en efecto, otro motivo que la guerra.(…)
Estando las cosas como están, difícil elegir entre unos y otros... Me quedo con cualquier "malo" del lejano oeste.
RépondreSupprimerEl inoportuno misil del PSC a la línea de flotación del PSOE beneficia por igual a Carmen Chacón y al PP. La ambiciosa se coloca en parrilla de salida y la derecha se aprovecha de la niebla para ir pasando de puntillas. Mientras tanto, las voces que claman en el desierto parecen no conmocionarse ante el descubrimiento de que su Robin Hood se embolsa 4.500 euros mensuales (la mitad de los cuales devuelve).
RépondreSupprimerNo creo que el panorama sea para tomarse las cosas en serio haciendo de Bárcenas el protagonista de nuestra repugnante temporada.
Leemos en 20 minutos.es : «El líder del Movimiento 5 estrellas (M5S), Beppe Grillo, la tercera fuerza política en Italia tras las elecciones, no apoyará a ningún otro partido para que acceda al poder. Sin embargo votará en el pleno las leyes que reflejan su programa.»
RépondreSupprimerGiuseppe Piero Grillo, Beppe Grillo. Coherente con su homónima figura no debe entrar en el juego de partidos. La conciencia representativa alineándose sólo consigo misma.
¿Acicate Beppe para que los Bersani, Monti y hasta Berlusconi, a la fuerza se entiendan algo más en función de los ciudadanos, “citoyens”, “cittadini”…? (Por el nominativo plural latino quizá tanta –i en italiano).
Supprimer"Y resultó milagroso el cricrí del cómico Grillo". Aunque solo sea uno, ¿podrá acabar así uno de los capítulos del cuento italiano? (“Cricrí” en latín, ¿cómo se diría?).
Don Silvio hace sentirse al votante " uno de los nuestros" , el sexogenario tiene status de celebridad y no me sorprenden sus números . El resultado es un aviso a navegantes y es bueno eliminar a Monty , lo que ha pasado en Italia nos favorece . Una erupción del anarquismo .
RépondreSupprimerEn los papeles oficiales de la comunidad de La Mancha se prohibe la palabra desahucio , da yuyo . Se podría decir evacuar pero suena a enema , no sé con que eufemismos nos sorprenderán ni que dirá la Academia
Saludos
Ante tales situaciones uno comienza a lamentar la buena educación y comienzan aflorar las malas palabras. Sobretodo porque al engaño se añade la arrogancia y chulería de esos tipos que dicen representarnos a ademas se ufanan de ello. Lo que provoca cierta pulsion primitiva y hay ciertamente añorar otros tiempos en las que cabezas rodaban literalmente por los patíbulos. Lo cual no es seguramente una solución final, si no tan solo un tiempo comprado hasta que la próxima generación provoque engaños similares, pues el mal de espíritu que menciona JPQ parece que esta para quedarse.
RépondreSupprimerEmpujadas por el viento
RépondreSupprimerhuyen mejor las palmeras;
de quiénes, no lo sabemos.