7 mai 2012

Por allí resopla

Haga usted como que no está leyendo este artículo y sólo así yo podré fingir que no lo estoy escribiendo. En cuanto leí el presunto poema de Günter Grass que ha dado la vuelta al mundo, uno, en un arrebato a lo Escarlata O’Hara de Lo que el viento se llevó, se dijo: “A Dios pongo por testigo que jamás escribiré una línea sobre este asunto”. Y ya me ven, a tanto llega la inconstancia del hombre.

Y no pensaba escribirlo, desde luego, porque cuando fuera usted a leerlo, dos semanas después de la noticia, lo probable es que usted ya hubiese leído sobre esto mismo unos catorce mil artículos. Tampoco porque  se trate de un asunto que me traiga al pairo, como en el fondo le trae al pairo a la entera humanidad (de hecho creo que cuando se publique el mío ya nadie se acordará de qué estamos hablando). No pensaba hacerlo porque eso era precisamente lo que se buscaba, que nos ocupásemos del mismo Grass, uno de esos autores que Miguel Espinosa definió con mucha gracia como “escritorazo”. ¿Y qué son los escritorazos? Aquellos escritores de gran tonelaje mediático que navegan por todos los mares del planeta y que cuando llevan un tiempo sumergidos tienen la necesidad de subir a la superficie llamando la atención con toda clase de subterfugios, unos sorbiendo por el ano una palangana de agua y otros hablando del apocalipsis. En todo caso cualquier escritor que sólo sabe hablar si se dirige a las multitudes, cosa que hará indefectiblemente levantando los brazos tal y como hace Charlton Heston en el papel de Moisés antes dividir el Mar Rojo en dos tajadas. Por menos de eso, no despegan los labios.

Es más o menos lo que acaba de suceder. Grass ha anunciado el fin del mundo, y ha culpado a Israel de ello. Cuando le dieron el premio Nobel sus declaraciones fueron para condenar las centrales nucleares, y lo hizo con tanta insistencia y profusión que llegaba uno a dudar si el Nobel que le habían dado era de Literatura o de Física. Grass, después de aquello, volvió a sus profundidades y la gente se olvidó de él, por lo que acabó emergiendo de nuevo al poco tiempo con una confesión escandalosa: había pertenecido a las SS. Sus defensores lo disculparon recordando que por entonces Grass no tenía más que diecisiete años (gran bobada: entre 1933 y 1945 Europa se llenó de asesinos de diecisiete años), cuando tendrían que haber recordado que lo grave no fue que hubiese pertenecido a las SS, sino que lo hubiese ocultado durante medio siglo. ¿Su carrera en la Literatura, incluso en la Física, habría sido la misma de haber hecho esa confesión al principio y no al final de ella?

Cuando hace tres semanas lo vimos resoplando de nuevo en los periódicos, supimos que no se trataba de un poema, sino de su necesidad de dirigirse a las turbas. Que algunos miembros insignificantes de ellas, como uno, le lancemos nuestros arponcitos, le habrá dado igual. Ahora, que el mismo estado de Israel lo haya condenado, qué duda cabe, le habrá hecho feliz. Habrá pensado de sí mismo: “Ecce homo”, y hasta la próxima resurrección. Por eso había empezado pidiéndote, lector, que no dieras por leído este artículo para no darlo yo por escrito.
    [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 6 de mayo de 2012

13 commentaires:

  1. Haría falta saber cuantos menores alemanes reclutados se declararon desertores durante la guerra. Nunca fue juzgado ni creo que matara a nadie, me parece un hombre fiable y el " tambor de hojalata " no es el sueño de una noche de verano ni un panfleto , si le dieron el Nobel supongo fue merecido, todos los premios literarios generan controversias , igual pasa con los Oscar , pero si miras la nomina de premiados se ve que no son cantos al sol . Es bueno que haya gente como G.Grass, al fin y al cabo solo dice verdades y su voz es escuchada, por algo será.

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  2. Qué gente, madre mia. Por menos de una guerra no escribe un poema.

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  3. Ja ja ja. Buenos dardos.

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  4. Intenté no leer lo leído, pero es imposible (el mejor Trapiello). Günter Grass sigue siendo de eSSa otra manera de ser un SS.

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  5. Coincido sólo en una cosa con el primer comentario: probablemente, el Nobel que le dieron a G. Grass fue "merecido", pero en el sentido en que A. Trapiello nos ha revelado en alguno de sus Diarios (o sea: el de que, precisamente por quiénes lo habían recibido, JRJ p.ej. no lo "merecía").

    Por lo demás, inmensa columna del sr. AT.

    David Fdez.

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  6. Pero a menudo es la Vejez, y en Grass y su hojalata quizás más, retorno a la Infancia, vuelta a los orígenes y a todo costa busca de la indulgencia que le lleve a la Inmortalidad de la Fama, esa hoja de lata,sí.
    saludos

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  7. Lo lamentable de estos tiempos donde la información fluye canalizada por los ejecutivos de la prensa, radio, editoriales y televisiones que buscan la rentabilidad si es necesario a través del escándalo, hay autores de grandes obras que no se dedican a cultivar su creación sino que se emborrachan con su propio aliento ante un micrófono, una cámara o un ordenador.

    Su historia, sus opiniones son respetables como ciudadanos pero no deberian contaminar su obra, ni contaminar la apreciación que por ellas siento.

    En lo castellano - soy poco universal - recuerdo escritores que como personas ofendian mi criterio civil cuando opinaban sobre algo importante y diferente a su obra. Pienso en Borges, en Torrentes, en Umbrales, en Marías, en Celas, Rushdies y en muchos otros que me enriquecieron con sus escritos y tuve que aprender que como seres humanos no eran mis modelos porque veía, sin pretenderlo, sus opiniones escritas sobre variopintos asuntos en los cuales no concordaba.

    Pero seguí releyéndoles.


    En cuanto al tema de la disculpa Grassiana digo: ¡Innobles frases que no versos! y por otro lado una simplicidad analítica que me hace tener miedo a mi propia vejez. Espero seguir de acuerdo conmigo mismo al considerar que el pueblo judío, por su cultura y tradiciones, nos ha dado gran cosecha de personas que hicieron avanzar el mundo y su conocimiento.

    Tengo exactamente la misma edad que la chapuza del West Bank y espero ver la solución.

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  8. Pues yo disiento con los tertulianos, si bien no era un gran poema y uno puede elucubrar porque lo ha hecho y todas razones posibles que pueden explicar su actitud recurriendo a su pasado, a mi modo de ver no le falta razón y los tambores de guerra que se oyen por Israel resonaran por toda la geografía de persistir tal política de agresión sin ser agredido. La situación de población en Gaza y la prepotencia del gobierno de Israel es tan vergonzosa que bienvenidas sean las palabras de los nobles a la populacho y a la que los gobernantes torean con prohibiciones creyendo zanjar el asunto.
    salud
    txema

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  9. Respeto a los derechos humanos en Palestina, también los árabes nos aportaron mucho. Yo nunca me atrevería con juicios de valores sobre grandes escritores por el simple hecho de que no me caiga bien o por el hecho de que no me gusten sus libros. Pero bueno estamos en España donde todos llevamos dentro un seleccionador de fútbol y un critico literario
    Saludos

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  10. Grass se refiere al fin del mundo tal como lo conocemos, una guerra contra Iran supondria el fin de petroleo " barato " y quizas una catastrofe átomica y el fin de Israel, tampoco hay dinero para hacerla ni opciones de ganar, ni es admisible por China y Rusia, que junto a los paises del golfo son los que compran nuestra deuda. Es cierto que se acabaria el capitalismo , sin olvidar Al Kaida que se alimenta de la opresión al mundo islamico y que con la voladura de las torres nos marcó un camino erroneo. Me parece bien que los escritores tengan sensibilidad politica y que opinen, es algo bueno ya que a las dictaduras y oligarquias les molesta la opinion de los artistas
    chao y paz en Oriente Medio

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  11. Los has clavado, Andrés.

    A Grass y al paradigma.

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  12. Sigo amando obras de autores cuyas opiniones cívicas no me importan. Es evidente que si alguno concuerda con las mías se genera una pequeña resonancia pero ¿Quién me asegura que él o yo dentro de unos años sigamos pensando lo mismo respecto a esos asuntos extraliterarios?

    No hago juicio de valores, muy al contrario, acepto sin sumisión o rechazo sin desprecio sus opiniones reflejadas en los medios si no se refieren a su obra.

    Pongo a L-F. Celine como ejemplo de lo que quiero decir.

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  13. Y otros navegan por internet para llamar la atención. Pues no haberlo escrito.

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