16 mai 2013

Ruiseñor del lilo

SE publicaba aquí el otro día "Ruiseñor del laurel", y al día siguiente un minuto de su canto, "El ruiseñor en persona". Hoy viene aquí este otro, y aun falta el tercero, en camino: "Ruiseñor del algarrobo". Alguien pensará que son demasiados ruiseñores. No se crea. Cantan durante unas semanas tan sólo, y luego enmudecen todo un año. ¿Qué menos que dejarlo todo por escucharlos? 
Eloy Sánchez Rosillo, antes de saber que le seguiría este de hoy, le sugirió a uno cambiar el título del poema por el de "El ruiseñor en persona", y así se hará, numerándose los poemas como I,II y III. Este corresponde, pues, al II.

RUISEÑOR DEL LILO

Le respondió desde el vetusto lilo
y pareció su canto arma en voz baja,
como un suave “decíamos ayer”
a todos y a ninguno.
Y si su hermano no temió a la azada,
el hacha que hacía leña de unos viejos sarmientos
tampoco le asustó, lengua intratable.
Juntos hicimos tan vernal jornada, 
él cantando la dulce primavera
y preparando yo el próximo invierno,
uno al lado del otro como orillas
de una apartada senda solitaria.
Cuantas veces dejé de trabajar,
embelesado en su canción de gesta,
y levanté los ojos por mirarle,
nunca le descubrí, con estar él
justo encima de mí, sólo a dos metros, 
una hoja entre hojas, caballero
embozado del lilo. Todo el lilo
en realidad cantaba, fuego azul
en el que ardía el día, y cuando al fin,
por una sola vez, medio le vi,
se hurtó esquivo en qué hondura sin dejar
su brío un solo instante,
haciendo su canción más prodigiosa aún
y tampoco sé cómo. A mayor sombra
más dulce es la armonía, no es misterio,
sólo un modo de darse a ninguno y a todos
y de justar a pecho descubierto
con quien lleva en su escudo figuradas,
jactancioso, las armas de la nada.

Las Viñas, lilos. 15 de mayo de 2013

7 commentaires:

  1. "Le respondió desde el vetusto lilo
    y pareció su canto arma en voz baja,

    (...)con quien lleva en su escudo figuradas,
    jactancioso, las armas de la nada".

    Principio y final: simetría de la desnudez.

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  2. Cuando canta la calandria
    y responde el ruiseñor...

    El canto del ruiseñor sé reconocerlo, me enseñó una amiga bióloga. Pero la calandria..., ¿cómo es, y como canta, una calandria?

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    1. Se parecen: por eso dialogarán también fuera del romance. Algo más "électrico", más "impaciente", el de la calandria.

      http://www.bird-songs.com/indexes.htm

      Esperar unos 20 segundos para que se descarguen todas las imágenes y escribir "calandria" en el buscador (columna izquierda, arriba del todo).

      POR SI ALGUIEN VUELVE A PASAR POR AQUÍ.

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  3. Confieso mi ignorancia de los cantos pajariles, no se distenguir entre un jilguero, un ruiseñor o un simple gorrion. Les voy a enviar un clip de sonido a ver si me informan del canto de unos pajaros.
    saludos

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  4. El ruiseñor réplica
    canta su poema .
    Holograma interactivo
    encapsulado en el tiempo

    Un saludo

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  5. No hay cuento más bello sobre el amor que "El ruiseñor y la rosa" de O. Wilde

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  6. Apuntando a los tres que había aparcados, al chico que junto a bicicletas y demás los alquilaba le preguntamos qué nombre tenían aquellos artefactos eléctricos de dos ruedas en cuya plataforma sobre todo guiris y seguratas se desplazan bien rectos y serios por el Muelle Uno, arriba y abajo. “Segways”, dijo cortante pero sonriendo y escribiendo la palabra en un margen del SUR. Fue uno de los días de ruiseñores por aquí, e hicimos esa gestión para después enviar unas palabras que contrapusieran las delicadezas del ruiseñor invisible con la rotunda presencia de la gaviota, accidentada, o con el sarcoma que acabó partiéndole el ala, revoloteando hacia su destino final por la Farola. Cuando andaba, arrastraba tristemente una de sus alas medio grises medio pardas. Y si las abría y agitaba para despegar, enseguida aterrizaba desmadejadamente para angustia suya y pena de los pocos paseantes como nosotros y los tres anglosajones que pararon sus “segways” al verla. A uno de ellos se le escapó un “Oh…” sin “my God” en esta ocasión.

    [Vaya el apunte con retraso (algún día podríamos mirar hojas atrasadas para leer los bien escasos comentarios que con poco o mucho retraso se hayan enviado, y que en general solo habrá leído el dueño del almanaque)].

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