HACE unas horas la editorial toreo de salon ha publicado las respuestas de más de cincuenta profesionales de la literatura, la prensa, la cultura, la enseñanza y la empresa sobre Cataluña y la independencia. Ha titulado el libro que forman todas ellas Y si Cataluña rompe España. Descárgalo aquí.
Estas fueron mis respuestas.
1. ¿España roba a los catalanes más de lo que roba al resto de los
españoles? ¿Debe tener límites la solidaridad de los catalanes con el resto de
los españoles?
Roban las personas, pero no los territorios, por lo mismo que tributan
las personas pero no los territorios, aunque por desgracia algunos de los
representantes de las instituciones propendan a ello. Los ciudadanos votan a
menudo en función de la mala o buena administración de estos representantes.
Tienen la posibilidad de hacerlo cada cuatro años. Ha habido malas
administraciones estatales, pero no peores que las que hayan sufrido Cataluña,
Extremadura o Valencia por parte de sus
gobiernos autónomos y una entelequia injustificable democráticamente: los
“hechos diferenciales” utilizados por determinadas regiones (vascos, navarros)
para beneficios fiscales y políticos. Tan
“diferentes” son catalanes, vascos, gallegos o navarros respecto de murcianos, leoneses
o extremeños, como lo son estos últimos respecto de ellos, o entre sí. Tratar
de obtener de esas diferencias (lengua, etc.)
cualquier beneficio en detrimento de otras es despreciable, irresponsable y
antidemocrático. Sé qué se quiere decir con la palabra solidaridad, pero me
parece que sería más acertado hablar de repartos justos, y no solidarios, para
evitar que haya quien crea que da más de lo que le corresponde o tener derecho
a más de lo que recibe. Pero el principio justo es ese: que tributen las
personas o empresas, en función de sus ingresos, no los territorios en función
de “hechos diferenciales” o fueros “históricos”.
2. ¿Es viable social, política, cultural y económicamente una Cataluña
independiente?
Si entendemos por viable ir a mejor, no; pero también puede ser viable
el ir a peor, y es lo que creo, una Cataluña independiente haría más pobres a
la mayor parte de los catalanes (a menos que hayan podido robar, como los
Pujol), y más pobres al resto de los españoles. Pobres en todos los sentidos.
3. ¿Es viable social, política, cultural y económicamente una España sin
Cataluña?
Está respondida en la anterior. Pero no ha de olvidarse la
responsabilidad que han tenido en todo el proceso de deslealtad nacionalista
los dos partidos nacionales, Psoe y Pp, que la propiciaron por intereses puramente
partidistas a lo largo de treinta años para sus gobiernos particulares, en
detrimento de todos los españoles.
4. ¿A usted le importaría que el idioma catalán desapareciera? ¿Por qué?
Si alguien decide hacer desaparecer un idioma por la fuerza, está
cometiendo un crimen. Las lenguas tienden a desaparecer por sí solas si quienes
las hablan no encuentran el modo de relacionarse con otros o esa lengua les
dificulta el hacerlo. Cabe protegerlas con leyes y subvenciones, pero eso no
garantiza nada: los irlandeses que hablan gaélico son una minoría absoluta que
reserva la lengua para las canciones folclóricas que cantan en sus pubs. No
creo que sea el caso del catalán, a día de hoy: en menos de treinta años lo
hablan diez veces más, y la enseñanza hace que lo estudien y hablen en las
aulas el 100%, aunque todos saben allí que el español es la lengua materna de
más del 60% y que el número de los que lo usan como lengua vehicular es
superior al de los que usan el catalán. El que no haya surgido en estos años un
solo escritor comparable a Maragall, d’Ors, Carner, Pla, Sales o Manent, que
escribieron su obras en épocas en las que ni se privilegiaba ni se
subvencionaba oficialmente el catalán, incluso en que estaba perseguido, tal vez
debiera ser motivo de reflexión para quienes han confundido inmersión
lingüística con inversión política y discriminatoria en una sola lengua de las
dos que se hablan.
5. ¿Y si el que desapareciera fuera el idioma español?
Hablan el español unos quinientos millones de personas en todo el
mundo y en tres continentes. La progresión del idioma en los últimos años es
casi exponencial. Por tanto, la pregunta parece remitir a distopías inverosímiles.
El catalán lo hablan unos tres millones de personas en un territorio pequeño y
su expansión a corto plazo no parece probable, ni siquiera con la anexión de
Baleares, Valencia y Aragón. Pero la importancia de una lengua no se mide en el
número de habitantes que la hablan, sino por el uso que se hace de ella en la comunicación
y el conocimiento humanos.
¿Y por qué no debería permitirse que los catalanes se independizaran
si así lo desean mayoritariamente?
La soberanía de Cataluña reside en todos los españoles. Si la mayoría de ellos decide renunciar a una
parte de ella en favor de los habitantes de ese territorio o cualquier otro
(Cartagena, por ejemplo), ningún problema. Pero primero ha de consultarse a los
españoles en su conjunto (y en caso de que estos deseen ser consultados, no es
mi caso), y luego a los de cada territorio, catalanes, cartagineses, etc.. No
al revés.
6. ¿A usted le gusta España? Suponiendo que se le permitiera vivir con su
mismo nivel de vida actual en cualquier país del mundo, ¿escogería España?
¿Cómo que si me gusta? ¿Cómo un helado de fresa, como una novela, como una novia? Si se le pregunta
a un Italiano si le gusta Italia, te dirá que no, probablemente, y lo mismo a
todos los demás europeos de su país, dependiendo del momento. Si se le hiciera
a Kipling esta misma pregunta sobre Inglaterra, él, que era el “escritor del
imperio”, le diría que, al contrario, la detestaba y a sus habitantes. Y al
revés, si pregunta a un italiano visitando la Toscana o la posición de Italia
en el ránking de investigación, si le gusta su país, dirá que sí, y si le
pregunta a Kipling en 1918, le dirá que no hay otro país mejor ni otra nación
más admirable en el mundo que Inglaterra. Lo que debiera preguntarse es si nos
gusta o no la libertad y ser libres. Hoy, en Cataluña, hay muchos que no pueden
serlo, ante la hegemonía del Partido Único (o Bloque Independentista con todo
el aparato de propaganda, medios de comunicación y educativos a su alcance). La
última parte de la pregunta: yo, estando bien, estoy bien en cualquier parte,
donde me dejen estar. Félix Ovejero adoptó como lema este, que me gusta
recordar: Allá donde estoy bien, está mi patria.
7. ¿Por qué debería creerme que en una Cataluña independiente se
respetarían los derechos de los españoles si en la Cataluña dependiente se ha
multado a comerciantes por rotular su negocio en español?
Pues sí, parece poco probable que se les respetara más entonces que
ahora. De hecho parece que están pensando ya en exportar su feliz modelo de
convivencia a Baleares, Valencia y Aragón. No hay un solo nacionalista que no incube
en su corazoncito la palabra imperio.
8. ¿Es España algo más que un ente administrativo puramente instrumental?
¿Qué, en concreto? ¿Lo es Cataluña?
Los países son siempre más que entes. Es obvio. Son modelos de
convivencia. El modelo Irán se parece poco al modelo Israel. El modelo español
se parece poco al modelo chino, etcétera. Entre el modelo español y el modelo catalán
no veo ninguna diferencia, más allá de las que han ficcionado los
independentistas. De hecho sigue siendo el mismo, aunque llevan treinta años
intentando romperlo.
9. Los catalanes quieren emigrar de España pero sin moverse del sitio y
sin soportar ninguna de las incomodidades asociadas a una ruptura traumática
con su país actual. Rebátalo.
Es parte de su ficción, sí. Como soñar dormido, es decir, en ese estado en el que es absurdo pedir algo de racionalidad. Como despiertos no pueden convencer a nadie: mienten. El independentismo busca la gran estafa a través de la gran mentira, y, a día de hoy, el indulto de todos sus estafadores y corruptos, como bien dice Azúa.
Es parte de su ficción, sí. Como soñar dormido, es decir, en ese estado en el que es absurdo pedir algo de racionalidad. Como despiertos no pueden convencer a nadie: mienten. El independentismo busca la gran estafa a través de la gran mentira, y, a día de hoy, el indulto de todos sus estafadores y corruptos, como bien dice Azúa.
10. ¿En qué cambiaría su vida si Cataluña se independizara? ¿Adoptaría algún
tipo de decisión personal (por ejemplo mudarse o boicotear los productos
catalanes o españoles)?
Emocionalmente mucho. Habría algo que se rompería, dentro y fuera de
Cataluña y que haría muy difícil la convivencia, como sucede siempre que
alguien violenta a otro. Se pasaría de la racionalidad a la emotividad, o sea,
a la irracionalidad. No me cabe la menor duda de que muchos independentistas
catalanes lo darían todo por unos cuantos muertos “propios”, como vimos también
en el independentismo etarra, para “cargarse de razón”, o sea, para hacer
olvidar su irracionalidad.
11. ¿Qué diferencia hay entre un nacionalista y un patriota?
El nacionalista divide y resta, el patriota suma y multiplica. La
razón de ser del nacionalismo es “lo peor” de los otros (de hecho los otros son
“lo peor”); el patriotismo no sólo está dispuesto a admitir y emular “lo mejor”
de los otros, sino que alienta “lo mejor” suyo. Paradójicamente cuanto más
patriota se es, se es menos nacionalista.
12. Los que por inmovilismo se opusieron en su momento a la Constitución
se han convertido ahora en sus principales defensores, también por inmovilismo.
Rebátalo.
Y al revés, los que más apoyaron la Constitución (Cataluña) son los
mismos que quieren ahora incumplirla. Hay que hacer política con el presente.
Hacerlo con la memoria (histórica) no sirve para nada. Como si alguien, para
afear una infidelidad conyugal, dijera: ¿qué haces con esta rubia? ¿A ti no te
gustaban solo las morenas? Y esta Constitución ha propiciado el periodo más
largo y pacífico de prosperidad en España. “Lo que no está roto no lo arregles”
es un refrán inglés que podríamos traducir por el dorsiano “los experimentos
con gaseosa”.
13. ¿Qué argumento contrario a su punto de vista sobre la independencia se
ve incapaz de refutar racionalmente?
Ni se me ocurre ni lo he encontrado en otros. Racionalmente.
Emocionalmente hay algunos, pero no valen nada como argumentos.
14. ¿Por qué provoca más rechazo la renuncia de una persona a una
convención administrativa (la nacionalidad) que la renuncia de esa misma
persona a su realidad biológica (su sexo)?
Será porque cambiando de sexo, si es lo que quiere, puede uno vivir en
un país democrático, pero sin libertad no puede uno vivir en ninguno.
15. En el hipotético caso de que el gobierno de la Generalitat declarara
la independencia, ¿cómo cree que debería responder el Gobierno Central? Sea
concreto.
Como dictan las leyes. Para eso
nos las hemos dado y votado. Citaré estas palabras de un artículo reciente de
Savater: “El “prusés” no es malo porque sea ilegal, sino que es ilegal porque
es malo para la democracia. Y lo peor sería que el Gobierno estatal no hiciese
nada efectivo para impedirlo. Algunos se inquietan: ¿suspender la autonomía? ¿y
luego qué? ¿encarcelar a Mas? ¿y luego qué? Preguntas parecidas se hacían en el
País Vasco cuando se intentaba acabar con el doble juego de los que pretendían
a la vez estar en el Parlamento y apoyar a ETA. ¿Ilegalizar Herri Batasuna? ¿Y
luego qué? ¿Encarcelar a la mesa nacional de HB? ¿Y luego qué? Pues luego ETA
renunció a la lucha armada”.
16. ¿En qué se diferencia un español de un catalán?
¿Es un chiste?
17. ¿Pueden los catalanes tomar de forma autónoma una decisión que afecte de
forma sensible al resto de los españoles? ¿Por qué?
Ya está respondida.
18. ¿La de 1714 fue una guerra de sucesión o de secesión? ¿Y por qué
debería importarnos en 2015?
Aquella fue, como todo el mundo sabe, una guerra de sucesión que se
peleó en muchas provincias españolas, entre ellas, las catalanas, con desigual
fortuna en casi todas ellas, y en ninguna con menos violencia que en las demás.
Puede preguntarse a los muertos.
19. ¿Son los problemas de los catalanes diferentes a los del resto de los
españoles? ¿Solucionaría la independencia alguno de esos problemas?
No son diferentes. No solucionaría ninguno, y crearía otros nuevos,
más graves aún.
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