25 avril 2016

Líderes, chapuzas

NO han dejado de oírse nunca las lamentaciones: esta sociedad, al contrario que otras del pasado, carece de verdaderos líderes que condujeran con más tino y prudencia a sus pueblos: en el mundo, en Europa, en España, en las comunidades autónomas, en ciudades y municipios sufrimos a unos dirigentes mediocres, sin imaginación y a menudo sin escrúpulos. En España se pondera hoy, como ejemplo de sagacidad, entrega y coraje a políticos de los que oímos no obstante, cuando estaban en activo, los peores denuestos (y se recordará durante mucho tiempo aquel “tahúr del Misisipi” que Alfonso Guerra, en activo hasta hace un año, le espetó a Suárez, a quien la posteridad  parecía reservar la más alta consideración histórica). Es uno de los lugares comunes más recurrentes: cualquier tiempo pasado fue mejor.

Dice Frazer en La rama dorada que “hasta las extravagancias y caprichos de un tirano podrían servir para romper la cadena de costumbres que ataba pesadamente al salvaje”, y que la decidida determinación de uno solo contra el oscurantismo de “los consejos de ancianos” podía suponer un impulso formidable “para el engrandecimiento de su pueblo y el progreso social, industrial e intelectual” de esa comunidad. Parecía estar pensando, claro, en alguien como Napoleón, pero sabemos estadísticamente que son mucho más abundantes los Atilas y Hítleres o en su escala menos dañina, pero no menos perniciosa, una incalculable tropa de gentes tan ambiciosas como ridículas que se miran cada mañana en el espejo de la madrastra de Blancanieves. Muchos consideran que sin Hitler Churchill no habría llegado a ser el gran político que fue, pero la mayor parte de los británicos de su tiempo probablemente habrían preferido haberse ahorrado el dictador alemán, aunque ello hubiera comportado que Curchill hubiera sido un político del montón. Viendo los influyentes “consejos de ancianos” de la vieja política española, echa uno de menos líderes como ese del que hablaba Frazer, pero la posibilidad de que no sea precisamente Napoleón le deja a uno indeciso, más o menos conforme (pero desesperado) con los que tenemos, unas gentes que se llaman a sí mismos líderes, pero que tienen de líder lo que tiene de albañil ese chapuza que tras hacer un gran estropicio, aún se atreve a pasar la factura.

    [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 24 de abril de 2016]

13 commentaires:

  1. La factura ya está empezando a salir cara en ayuntamientos como Madrid, Barcelona o Valencia (y tantos otros...), con una tropa de impresentables que ha entrado a codazos y sin ABSOLUTAMENTE NINGUNA preparación. Algunos estamos asustados, indignados y muy desesperanzados...Visto lo visto, ¿qué más queda por venir..? Intelectuales españoles, de alguna manera hagan por salir mucho más en los medios por favor. Hablen, denuncien, critiquen, aporten ideas. Es posible que pronto vayamos a necesitar otra Generación del 98.

    RépondreSupprimer
  2. "Se ponderan a…" decía este artículo, y un anónimo me corrigió: "Se pondera a". Se lo agradezco, porque estas pequeñas pifias molestan. Ahora, decir que uno echar a perder por ello la lengua de Cervantes, precisamente de Cervantes, que tantas y con tanta gracia dejó en sus libros,y que es una indecencia y una grandísima vergüenza, y blablablá, parece más bien querer sacar los pies del tiesto y ponerse un poco estupendo.

    RépondreSupprimer
  3. No hay ningún político (NINGUNO) que al hablar suscite interés. Que aporte ideas, propuestas, razonamientos interesantes y rigurosos, fundados en datos y cifras reales. Sólo lugares comunes, eslóganes maniqueos y clichés publicitarios (como “gobierno de Cambio y de Progreso”, ¿qué querrá decir eso?). Parecen malos actores, puros histriones. O sea, no lo parecen: lo son.

    Sandra Suárez

    RépondreSupprimer
  4. “Como ejemplo de sagacidad, entrega y coraje, pondéranse hoy en España políticos de los que no obstante oímos los peores denuestos cuando estaban en activo.”

    De quienes de pasivas reflejas y activas collejas mucho entienden, señor Trapiello, apoyado en el pronombre enclítico y la oratoria quijotesca hubiera usted evitado reproche tan estupendo.

    RépondreSupprimer
    Réponses
    1. No me cabe la menor duda: usted podría haber escrito el Quijote mucho mejor que Cervantes. Así como yo lo he traducido, anímese a sacar una edición corregida, que tanta falta nos hace.

      Supprimer
    2. ―Caramba, una sola enclisis ―nos reprende don Miguel― y nuestro humor entra en crisis.

      Supprimer
  5. "La vacilación actual entre 'Se venden pisos' y 'Se vende pisos', tan discutida por los gramáticos, depende de que prevalezca la idea de que 'los pisos son vendidos' (impersonal pasiva refleja) concertando el verbo con su sujeto paciente, o bien de que un sujeto indeterminado 'vende pisos' (impersonal activa). La construcción pasiva es la tradicional, la que recomiendan los gramáticos y domina en la lengua literaria; la impersonal activa es más propia del habla coloquial, aunque no faltan ejemplos de uno y otro uso en ambas zonas del idioma actual" (Juan Luis Onieva Morales, 'La Gramática de la Real Academia Española resumida y aclarada', Editorial Playor, Madrid, 1993,p. 224)

    RépondreSupprimer
  6. Sobre la pequeña pifia del Sr. Trapiello (una ene de más o de menos), no será un servidor quien haga sangre de esa letra coja. Ver la paja en el ojo ajeno es el camino más corto para no ver la viga en el propio, y además, el más listo hace un borrón. He de confesar que más de una vez no un borrón, sino un cuadro abstracto (con perdón) sí que he dejado por ahí, víctima de un teclado rebelde, de unas prisas incontenibles, de un editor despistado o de un revisor con resaca.

    Sólo por el gusto de la conversación. Cabe recordar que Sir James George Frazer fue el modelo estilístico a imitar por algún escritor de fuste, como fue Juan Benet; y ahí le alabo el gusto, porque las dos veces que he leído La Rama Dorada (sí, dos, no me lo tomen a mal) he disfrutado hasta embelesarme con las sinuosas y elásticas frases subordinadas (¿a qué? ¿a sí mismas?) encajadas en rotundos párrafos victorianos capaces de conferir más sentido de Imperio que escuchar nueve veces seguidas Pompa y Circunstancia. Ni siquiera los no pocos errores tipográficos que contienen sus páginas consiguen menguar el imponente ritmo de carga de Brigada Ligera de las conclusiones que Frazer presenta al final de cada sección, escritas con tal soltura y dominio del idioma propio (el suyo) que si afirmase que la Reina Victoria era una princesa Zulú servidor le hubiera creído a pies juntillas.

    Por eso digo, y admitiendo que todavía no conozco en profundidad la obra del Sr. Trapiello, que tengamos piedad de una letra cojuela y nos dejemos llevar por la sustancia del artículo. Claro que luego vino Cioran y dijo aquello de "suicidarse por un matiz", pero ya me dirán ustedes qué matiz digno de muerte trae consigo esa ene de la discordia.

    Vale.

    RépondreSupprimer
  7. Se oye decir con frecuencia que tenemos los políticos que merecemos. Al pie de la letra la sentencia nos atribuiría algún tipo de mérito en la decisión de nuestro futuro, cosa incierta. Por eso sea quizá más propio decir que tenemos los políticos que se corresponden a nuestras históricas contradicciones. Si aceptamos que nuestro siglo veinte fue una consecuencia directa de las locuras del diecinueve, no debe extrañarnos que a estas alturas nos encante chapotear en el fango.

    RépondreSupprimer
  8. la situación política y social de España son una auténtica vergüenza. ¿ quieren los políticos mejorar la situación del país o simplemente poder? Viendo la interminable lista de políticos ( y no políticos ) corruptos de este país la respuesta parece clara. nuevas elecciones y otra ingente cantidad de millones a gastar para que el resultado sea con bastante seguridad casi el mismo.

    RépondreSupprimer
  9. Me encuentro con estas palabras de Ramón y Cajal y me doy cuenta, visto lo visto, que la raza latina no ha cambiado tanto en cien años. Don Santiago me hace pensar...
    "Remedios son: Renunciar para siempre a nuestro matonismo, a nuestra creencia de que somos la nación más guerrera del mundo (…). Prescindir de la ilusión de creer que la raza latina debe gobernarse como la sajona y someterse a las mismas leyes y métodos políticos. La raza latina, y particularmente la hispana, es muy poco apropiada para el ejercicio de las libertades modernas: indisciplinada, novelera, fanfarrona, indócil, su carencia casi absoluta de sentido político la condena a la tutoría constante (…).
    Texto de Santiago Ramón y Cajal en El Liberal, Madrid, 26 de octubre de 1898.

    RépondreSupprimer
  10. Trecho va desde el filósofo platónico, político utópico ocupando el trono del Reino de la Filosofía, al actual político macarrónico en su insufrible guirigay.

    Del raro carácter del primero dice Platón en su
    "República" a modo de viñeta ejemplar:

    "Quien pertenece a este pequeño número y ha llegado a saborear cuanta dulzura y bienaventuranza hay en este bien y ha experimentado también suficientemente los desvaríos de la masa y llegado a comprender que en los manejos de la política nadie hace nada sano y acertado, ni existe ningún aliado con la ayuda del cual pueda uno actuar como paladín del derecho y confíar, por lo menos, en sustraerse a una segura destrucción, sino que como el que se ve metido entre bestias salvajes y no puede ni compartir su injusticia ni se siente tampoco con fuerzas para oponerse por sí solo a todas las furias, perderá la vida, sin provecho para sí y para otros, antes de poder hacer nada bueno en favor de su patria ni de sus amigos; quien llegue a comprender todo esto, se quedará quieto y se aferrará a su propia faena, como cuando uno, ante una tolvanera y un temporal de agua, se echa a un lado para guarecerse junto a una paredilla de vendaval; y cuando ve cómo los demás viven entre la impureza se siente contento de verse limpio de injusticia y de poder vivir trabajando en lo suyo sin acusarse de nada malo, para dejar un día este mundo, al final de su carrera, con la conciencia tranquila, contento y en paz."

    VALE.

    RépondreSupprimer
    Réponses
    1. https://www.google.es/?gws_rd=cr&ei=b5vsUrD8HYe0ywPr1YHwCQ#q=%22en+los+manejos+de+la+pol%C3%ADtica+nadie+hace+nada+sano+y+acertado%22

      Con “EN LOS MANEJOS DE LA POLÍTICA NADIE HACE NADA SANO Y ACERTADO”, querido colega anónimo, solo sale un resultado: la descarga del Libro Tercero de PAIDEIA (“En busca del centro divino”). Un resultado estupendo, gracias.

      Buscando MANEJOS ya en el descargado documento, se nos dan seis textos albergando tal término en ese tercer libro; con uno de ellos, de la “Apología”, le correspondo:

      "Jamás, mientras viva, dejaré de filosofar, de exhortaros a vosotros y de instruir a todo el que encuentre, diciéndole según mi modo habitual: Querido amigo, eres un ateniense, un ciudadano de la mayor y más famosa ciudad del mundo por su sabiduría y su poder, y ¿no te avergüenzas de velar por tu fortuna y por tu constante incremento, por tu prestigio y tu honor, sin que en cambio te preocupes para nada [sic, ‘en absoluto’] por conocer el bien y la verdad ni de hacer que tu alma sea lo mejor posible? Y si alguno de vosotros lo pone en duda y sostiene que sí se preocupa de eso, no le dejaré en paz ni seguiré tranquilamente mi camino, sino que le interrogaré, le examinaré y le refutaré, y si me parece que no tiene ARETÉ alguna, sino que simplemente la aparenta, le increparé diciéndole que siente el menor de los respetos por lo más respetable y el respeto más alto por lo que menos respeto merece. Y esto lo haré con los jóvenes y los viejos, con todos los que encuentre, con los de fuera y los de dentro; pero sobre todo con los hombres de esta ciudad, puesto que son por su origen los más cercanos a mí. Pues sabed que así me lo ha ordenado Dios, y creo que en nuestra ciudad no ha habido hasta ahora ningún bien mayor para vosotros que este servicio que yo rindo a Dios. Pues todos mis MANEJOS se reducen a moverme por ahí, persuadiendo a jóvenes y viejos de que no se preocupen tanto ni en primer término por su cuerpo y por su fortuna como por la perfección de su alma."

      Supprimer