JORGE Bustos hizo una crónica magnífica y sobria de aquel acto.
Las palabras que yo leí, escritas la víspera, son estas.
"El prólogo de A sangre y fuego se escribió y publicó al inicio de la guerra civil, pero tardó más de cincuenta en ser leído y en que se le prestara atención. De haberse leído en 1937, muchos habrían comprendo al fin la naturaleza devastadora de los totalitarismos europeos que fascinaron a millones de personas, a las que alentaron a cometer los más horribles crímenes en nombre del Progreso y de la Historia. Chaves fue testigo de cómo tales crímenes empezaban a cometerse en España, de donde tuvo que salir para salvar su vida. Hoy los totalitarismos han mutado en populismos y nacionalismos e igual que entonces amenazan con destruir Europa, a sangre o, como estamos viendo estos días, a fuego.
Estamos aquí un puñado de españoles para rendir homenaje a un hombre valiente, junto a su tumba, lejos de su país, que le ignoró durante décadas. Fue también alguien comprometido como escritor y periodista con la verdad de los hechos cuya obra no es sino la constante defensa de la libertad e igualdad de todos. Al maestro Manuel Chaves Nogales le debemos por todo infinita gratitud y consideración. Esas palabras que leí al principio y todas cuantas completan su admirable prólogo de A sangre y fuego nunca debieran ser olvidadas. Ciudadano del mundo, que esta tierra lejana y esta tumba sin nombre te sean leves".
Tumba sin lápida de Manuel Chaves Nogales, parcela CR-19, en el cementerio de North Sheen |
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