22 août 2011

Tanta ignorancia o las famosas zapatillas de Baroja

Si entra uno en su corazón y cierra la puerta con delicadeza después de haber traspasado la aorta y cuando está a solas lo coge y se habla a sí mismo con el corazón en la mano, sería raro y tonto querer mentirse: ha de reconocer lo poco, lo poquísimo que sabe de casi todo, fundamentalmente de aquello que está pasando alrededor y parece interesar a tanta gente.

Empecemos por dilemas fáciles. Por ejemplo, se morirá uno, como Baroja, sin saber si había que bajar a la vida “en” zapatillas, “con” zapatillas o “de” zapatillas. Claro que esta cuestión al menos puede quedar resuelta tirando las zapatillas a la basura. Pero no todo es tan sencillo.

No sabe uno, por ejemplo,  ni la mitad de lo que todo el mundo asegura saber sobre DSK y su trato con la camarera de hotel que lo acusa de abusos sexuales. Con qué seguridad se trata de todo ello, partidarios, detractores. Por no hablar de las razones por las cuales el Banco de Santander ha decidido exonerar a los hipotecados con problemas de los intereses de sus hipotecas. Malo: cuando un banco no quiere hacer negocio es porque está pensando, y eso es para echarse a temblar, ya que cuando un banco piensa, no se le ocurre nada bueno. ¿Y qué decir del diferencial, de la prima de riesgo, de los intereses abrumadores? Le pasa a uno con la economía lo que con el mapa del tiempo: lleva viendo a diario isobaras, borrascas y demás, pero de no explicárselo alguien, no podría leerlos por sí mismo (por no hablar de lo que se equivocan economistas y meteorólogos). Del clembuterol sabemos algo, cierto, pero de las drogas que van dos años por delante de los controles de la agencia mundial contra el dopaje, absolutamente nada. Salió Rodríguez Zapatero asegurando que no adelantaba las elecciones generales por responsabilidad de Estado, pero dos días después dijo que iba a adelantarlas por responsabilidad de Estado, decisiones ambas que seguramente muchos habrán entendido, aunque no los simples como yo.  ¿Y no debería explicarnos alguien, como el mapa del tiempo, la  razón por la cual los españoles, según las encuestas que llevan haciéndose hace ocho años, parecen preferir de presidente de gobierno a cualquier otro que no sea Rajoy, pese a lo cual este parece ser que es quien va a serlo? Durante un tiempo, mientras leía los periódicos, iba apuntado en una libreta estas cosas de las que casi todo el mundo opina con muchísima seguridad, y me quedo asombrado, porque no se puede vivir, como vive uno, con tanta ignorancia. Es entonces cuando, para no acomplejarnos, nos refugiamos en el pasado, donde se supone que las cosas están ya claras y explicadas. Pero tampoco, al menos si los libros que va a consultar han salido de la Academia de la Historia, como ese Diccionario pagado por todos nosotros y en el que Esperanza Aguirre ocupa casi el mismo espacio que Franco al que, por otro lado, se piropea sin rebozo. Claro que, paradójicamente, esto, que a tantos les ha parecido incomprensible, es de lo poco que uno comprende bien y de lo poco que tiene fácil remedio. Se arreglaría mandando al Diccionario y a la Academia de la Historia a hacer compañía a las famosas zapatillas de Baroja, por no hablar de Aguirre o Franco.
   [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 21 de agosto de 2001]

6 commentaires:

  1. Poniéndonos profesorales abunda la Doxa frente a la episteme, es decir la opinión frente al conocimiento; no es de extrañar, pues hay todo un sector de la industria internacional dedicado a esto: los periodistas no son científicos. La imperfección de la doxa retroalimenta a la misma, de ahí el enojo ante determinadas ramas, como la prensa del corazón, pero es la tónica general; pero cuando el político exhibe, incluso sin querer, su imperfección alimenta al adversario ¿no es ésta la razón de ser de la democracia?.

    RépondreSupprimer
  2. Sonaría más correcto 'meteorólogos', en lugar del malsonante 'metereólogos'. Ahora bien, si lo ha escrito usted ex profeso, para abundar en ignorancias, mis disculpas.

    RépondreSupprimer
  3. Sí, y por tanto lo único cierto y claro y explicado es el Futuro. Desde que se inventó, no hará ni doscientos años, el Futuro es el único terreno seguro en que poner los pies, o las botas de alunizaje. No hay delirio de la ciencia ficciòn que no se haya cumplido, Internet lo que retransmite en su incesante novedad es el Futuro. Mientras tanto la vida se conforma con el presente y el pasado y su relío de siempre.

    RépondreSupprimer
  4. Era errata. En la edición en papel, confiemos, habrá salido bien. Gracias. A.T.

    RépondreSupprimer
  5. Claro, y qué decir entonces de esos Premios Planeta (he dicho Planeta) que en la noche triunfal trincan los cien kilos y en la mañana lustral predican en la columna del diario más importante la lucha armada contra el capitalismo genocida.
    Saludos

    RépondreSupprimer
  6. Y va uno a los bares y los gimnasios y los corrillos de señoras al fresco y los botellones de chavales y no oye sino los mismos chascarrillos y opiniones de hace diez, veinte, treinta años. Seguimos ignorantes porque no escuchamos y como personajes de la Comedia no hacemos ningún esfuerzo por entender. Claro que entender exige un esfuerzo y un tiempo que ni yo ni tú estamos dispuestos a regalar.

    RépondreSupprimer