Esa foto con un Tesseo muerto y el Minotauro vivo junto al poeta me lleva a recordar unas palabras que oí a Cortazar , aunque seguro no lo cito bien : Minotauro es el poeta , el hombre libre , el hombre diferente al que el sistema encierra , incluso en sanatorios psiquiátricos . Es alguien inocente que juega con sus rehenes , también felices . Tesseo es un asesino al servicio del rey , un gánster que con procedimientos fascistas entra en el laberinto y mata al Minotauro . Chao
Celebración de la muerte en amigable duelo. A la par triunfantes las sombras y la fuerza. ¿Por qué esos funéreos cipreses donde es la lucha y la vida? Al final sólo el juego soñado de la tarde.
Sí. Quizá por culpa del muñeco del manubrio desde su caja de zapatos, en la primera instantánea el amigo Hombre se ha retratado algo hundido en el sentimiento trágico y torero de la vida. El humano humor, eso sí, guió el objetivo hasta que los cuernos del toro derrotaran en su cerebro. Y la mujer ni se ha quitado la mantilla para llorar al torero que en las manos entrecruzadas parece no llevarse al otro mundo un crucifijo sino el conquistado rabo de toro cuyo guiso con arroz ya no podrá probar. Pero el gesto de Manolete es tan digno como el de Ignacio o Joselito (acostados con la muerte, no es fácil elegir otro: para acabar, también había que decirlo).
Solemne dignidad en el torero muerto, en la mujer que le llora, en el toro reconciliado que parece velarle, en los fúnebres cipreses de la plaza, y como no en el accidental visitante abducido por la escena. La dignidad como dádiva que los dioses entregan a cambio de la vida.
Esa foto con un Tesseo muerto y el Minotauro vivo junto al poeta me lleva a recordar unas palabras que oí a Cortazar , aunque seguro no lo cito bien :
RépondreSupprimerMinotauro es el poeta , el hombre libre , el hombre diferente al que el sistema encierra , incluso en sanatorios psiquiátricos . Es alguien inocente que juega con sus rehenes , también felices .
Tesseo es un asesino al servicio del rey , un gánster que con procedimientos fascistas entra en el laberinto y mata al Minotauro .
Chao
Celebración de la muerte en amigable duelo.
RépondreSupprimerA la par triunfantes las sombras y la fuerza.
¿Por qué esos funéreos cipreses donde es la lucha y la vida?
Al final sólo el juego soñado de la tarde.
Sí. Quizá por culpa del muñeco del manubrio desde su caja de zapatos, en la primera instantánea el amigo Hombre se ha retratado algo hundido en el sentimiento trágico y torero de la vida. El humano humor, eso sí, guió el objetivo hasta que los cuernos del toro derrotaran en su cerebro. Y la mujer ni se ha quitado la mantilla para llorar al torero que en las manos entrecruzadas parece no llevarse al otro mundo un crucifijo sino el conquistado rabo de toro cuyo guiso con arroz ya no podrá probar. Pero el gesto de Manolete es tan digno como el de Ignacio o Joselito (acostados con la muerte, no es fácil elegir otro: para acabar, también había que decirlo).
SupprimerSolemne dignidad en el torero muerto, en la mujer que le llora, en el toro reconciliado que parece velarle, en los fúnebres cipreses de la plaza, y como no en el accidental visitante abducido por la escena. La dignidad como dádiva que los dioses entregan a cambio de la vida.
SupprimerEs surrealismo puro.
RépondreSupprimer