EN dos días se cruzaron estos documentos a propósito de la cuestión catalana. El primero, de Félix Ovejero, es un artículo magnífico. Podríamos decir que es la seriedad sin afectación. El segundo es, por el contrario, bastante cómico, por lo que tiene de afectado, y nos ha pasado con él lo mismo que con la poesía de ese hombre: se lee una vez, no se entiende, pero se lee una segunda vez y entonces se da uno cuenta de que no había querido decir absolutamente nada, yéndose por las ramas y palmas académicas, y es entonces cuando nos acomete una sincera hilaridad. Pasada esta, lo que se despierta en uno, sin embargo, es una tenebrosa y taciturna misantropía.
No creo que los catalanes arriesguen su bienestar por delirios politicos . Es dudoso que las 4 provincias sean separatistas . Que va a pasar con los votantes que quieran seguir siendo españoles ? Tendrán que usar pasaporte ? . Si Cataluña sale del euro entraran en un corralito de facto , tienen un 20 % de la deuda y con el disgusto añadido al capitalismo no encontrará financiación .
RépondreSupprimerChao
Sobre Xenius y la vida breve:
RépondreSupprimerhttp://literaturaconciencia.blogspot.com.es/2012/02/la-vida-breve-eugenio-dors-y-las.html
Saludos
El artículo de Félix Ovejero es muy bueno, no lo había leído, si los políticos hablaran con precisión la gente no aguantaría el absurdo ni se apuntaría a la estupidez. Al final es posible que todo ésto no sea más que pura representación para lograr el trato fiscal favorable. Si Mas ni mencionó la palabra independencia en su entrevista con Rajoy, es que todo es improvisación, meditada. Como bien dice Ovejero ha sido la ingeniería social durante más de veinte años (la normalización lingüística) y hay mucha gente -sobre todo en el norte de Cataluña- que se creen que viven en un Estado independiente, y para darse cuenta solo hay que viajar y recorrer un par de semanas la costa y el interior. Con el tema de la lengua es chocante las cosas que pueden constatarse a nivel institucional y con la gente de a pie, yo creo que están enfermos gravemente, y el senyor Mas debía pensar en ese gasto de higiene pública.
RépondreSupprimerMagnífica la contraposición. Como ayer se escribía en un comentario, es curioso el resultado de la encuesta que viene realizando Arcadi Espada. No contesta nadie porque deben ver el territorio español como un mercado único- incluido el catalán- y no quieren "herir susceptibilidades o sentimientos(esto resulta más profundo) y de paso perder clientes. Hasta que llega Victoria Camps y contesta de forma concisa y admirable.
RépondreSupprimerEl artículo de Ovejero y lo que viene escribiendo Ruiz Soroa- lo último en Claves- centran bien la cuestión.
Pero claro, no debemos desconocer que parece ser que por fin la burguesía catalana está claramente decidida a sacar réditos de su labor de estos últimos 30 años con más efectivos que los de esa "minoría selecta" de la que hablaba Gaziel.
Javier
el artículo de Ovejero me parece en efecto magnífico. Me quedo con "está fuera de mi entendimiento el silencio de los sindicatos y de la Izquierda en el conjunto de España...la propuesta secesionista no permite la equidistancia...una meditada ingeniería social consentida por todos... que aceptáramos delirios como que los catalanes no puedan escolarizarse en su lengua común...". Por eso ciertos paralelismos parecen errados.
RépondreSupprimersaludos
No se si esto acabara en una comedia tragica o sera una tragicomedia, en todo caso que sea lo que tenga que ser.
RépondreSupprimertxema
El discurso del presidente de la Comisión Europea D. Barroso fue simultáneo casi con la primera incursión independentista de Mas; no creo en esta casualidad, pues ante una tendencia europeísta pannacionalista, como posible solución al drama politico-economico de la crisis, ahora se nos aduce un sentimiento a la desesperada, como si Cataluña pudiera ser Islandia, un pulso demagógico para los verdaderos independentistas que callan y otorgan, puesto que no tienen otra. Le reprocharía sobre todo no ser realista para solucionar la crisis de su pueblo, más que el desaire o el oportunismo político o la deslealtad institucional.
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