NO están siendo mejor tratadas las activistas de Femen que las vapuleadas sufragistas, y dejando a un lado el hecho de que probablemente a las sufragistas históricas jamás se les hubiese pasado por la cabeza aparecer desnudas en público (muchas ni siquiera se hubieran atrevido a desnudarse ante sus maridos), luchan con idéntico coraje por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, que por dignos quieren mostrar desnudos. Y a esto se refiere una de ellas cuando dice: "Mostramos el cuerpo porque crea tensión".
Pero sucede que antes de reparar en lo que suelen escribir sobre él, eslóganes más o menos acertados (el de abortar es un derecho, pero no sagrado), se encuentra uno observando y dilucidando más o menos tenso si las tetas que mandan por delante esas valientes muchachas con sus eslóganes son bonitas o no. Y qué duda cabe que esto produce en uno cierto sonrojo, como cuando se nos despeñan los ojos en ese escote abismático que lleva tal o cual mujer, lleno uno de incertidumbre, mientras decide si ha de admirar abiertamente lo que se le enseña tan sin tapujos o si, por el contrario, ha de fingir pasarlo por alto. Porque, qué duda cabe, corre uno el riesgo de ser amonestado por mirar con desenfado o aborrecido por no mirar lo que parece ofrecérsenos de una manera tan perentoria.
Queda, por último, esta otra consideración.
Las femenistas tratan de llamar la atención para sus acciones políticas (lo es luchar contra la ley del aborto de Gallardón), sirviéndose de medios sexistas (lo es desnudarse en un mundo sexista, como lo prueba el hecho de que esas fotografías salieron en todas las portadas de los periódicos en tamaño inusitadamente grande y destacado, incluidos en aquellos que están de acuerdo con la ley que ellas combaten o en los que sin ser sensacionalistas se sirven de la sensación para circularse más). Las activistas lo saben, desde luego, para eso lo hacen, convencidas de que la difusión que alcanzan sus consignas la deben a sus tetas y a la famosa tensión, minimizando los efectos negativos, a saber, el descrédito de sus protestas entre quienes no puedan pasar de su actitud sexista a la propuesta política y a la defensa del derecho que tienen sobre sus cuerpos, que es en definitiva de lo que tendría que debatirse. Paradoja irresoluble, porque al desnudarse en una sociedad acostumbrada a traficar con los cuerpos desnudos, la atención se suspende, viniendo a dar igual que sean los varones los que vengan desnudado a las mujeres desde la noche de los tiempos (en la historia del arte, por ejemplo, contra lo que se han rebelado las mujeres) o que sean ellas las que lo hagan por voluntad propia (para contento de tantos varones). O lo que diría Mairena: desnudar un santo para vestir otro.
Pero sucede que antes de reparar en lo que suelen escribir sobre él, eslóganes más o menos acertados (el de abortar es un derecho, pero no sagrado), se encuentra uno observando y dilucidando más o menos tenso si las tetas que mandan por delante esas valientes muchachas con sus eslóganes son bonitas o no. Y qué duda cabe que esto produce en uno cierto sonrojo, como cuando se nos despeñan los ojos en ese escote abismático que lleva tal o cual mujer, lleno uno de incertidumbre, mientras decide si ha de admirar abiertamente lo que se le enseña tan sin tapujos o si, por el contrario, ha de fingir pasarlo por alto. Porque, qué duda cabe, corre uno el riesgo de ser amonestado por mirar con desenfado o aborrecido por no mirar lo que parece ofrecérsenos de una manera tan perentoria.
Queda, por último, esta otra consideración.
Las femenistas tratan de llamar la atención para sus acciones políticas (lo es luchar contra la ley del aborto de Gallardón), sirviéndose de medios sexistas (lo es desnudarse en un mundo sexista, como lo prueba el hecho de que esas fotografías salieron en todas las portadas de los periódicos en tamaño inusitadamente grande y destacado, incluidos en aquellos que están de acuerdo con la ley que ellas combaten o en los que sin ser sensacionalistas se sirven de la sensación para circularse más). Las activistas lo saben, desde luego, para eso lo hacen, convencidas de que la difusión que alcanzan sus consignas la deben a sus tetas y a la famosa tensión, minimizando los efectos negativos, a saber, el descrédito de sus protestas entre quienes no puedan pasar de su actitud sexista a la propuesta política y a la defensa del derecho que tienen sobre sus cuerpos, que es en definitiva de lo que tendría que debatirse. Paradoja irresoluble, porque al desnudarse en una sociedad acostumbrada a traficar con los cuerpos desnudos, la atención se suspende, viniendo a dar igual que sean los varones los que vengan desnudado a las mujeres desde la noche de los tiempos (en la historia del arte, por ejemplo, contra lo que se han rebelado las mujeres) o que sean ellas las que lo hagan por voluntad propia (para contento de tantos varones). O lo que diría Mairena: desnudar un santo para vestir otro.
Activistas de Femen ayer en el Congreso de los Diputados, Madrid, 2013. |
El de la esquina parece haber inmovilizado a una chica desnuda que se intenta zafar de él , como disimula el pícaro sin soltar pieza.
RépondreSupprimerQuizá falte originalidad a la idea de desnudarse frente a las cámaras y quizá tras la democrática protesta se escondan intereses no tan heroicos y espontáneos, como el tiempo fue revelando acerca de algunas protagonistas de aquellos ángeles que eran las Madres de Plaza de Mayo. Uno ya no ve blanco ni en la Marea Blanca ni en esas protestas perífericas sobre el idioma patrio que de pronto se organizan y de pronto se desvanecen hasta una próxima consigna, como las aguas del Guadiana. Por lo visto hay dos clases de españoles: lo que están en contra de los recortes (sobre todo si les afectan directamente) y los que los celebran con champán. A estos últimos se les atribuye odio a la sanidad pública (porque tienen dinero para costearse la privada), e ignorancia supina, de ahí su desprecio feroz hacia la cultura. Profunda conclusión. Buenos y malos, como siempre. Demócratas y no demócratas, he ahí la pinza que nos perturba y obsesiona.
RépondreSupprimerComentaba la pasada semana un insigne escritor en una charla en una librería, la sorpresa que había experimentado al ser recibido en Moncloa y, tras observar el bronceado distendido de ZP, escuchar el comentario que hizo del poder al abrirle la sala donde se celebraban los consejos de ministros.
Yo me bajo en la próxima ¿y usted?
Muy bien vista esa contradicción entre los medios y los fines.
RépondreSupprimerCiertamente, la lucha sintética no es lo mismo, no. Y admirar sus argumentos, tan visiblemente convincentes, no me parece a mí cosa que deba reprocharse. Con todo, el eslógan es ciertamente desafortunado: el aborto no es sagrado, ni, a mi parecer, es sin más un derecho, sino siempre una tragedia, que la ley, al permitirlo en determinados casos, trata de aliviar.
RépondreSupprimerLo más curioso de todo esto es que los que están en contra del aborto, retiran la tarjeta sanitaria a los emigrantes sin papeles, aplauden, puestos en pie, guerras en las que mueren miles de personas, entre ellas niños, niegan ayudas a los enfermos dependientes, hacen negocio con la sanidad, rebajan sueldos y pensiones. Alguien piensa que por prohibir el aborto se va a dejar de hacer. En los años cincuenta, cuando estaba prohibido, las mujeres abortaban poniendo en riesgo sus vidas. Pero la conciencia de los que mandaban, como ahora, quedaba en paz.
RépondreSupprimerSu argumento, M., es tan absurdo que sirve para cualquier despropósito: alguien cree que por prohibir la violación, el robo, el atraco, etc. se va a dejar de hacer, etc.
RépondreSupprimerDavid Fdez.
Que tendrá que ver la velocidad con el tocino. No creo yo que nadie se viole o se robe a si mismo, bueno, esto último hay algún Bartolín que lo hace, Las mujeres tienen derecho ha decidir sobre su cuerpo, a no ser que usted lo considere un delito.
SupprimerEstoy de acuerdo. En la cuestión del aborto, me parece fundamental el hecho de que las mujeres seguirán abortando por ser una cuestión de su propio cuerpo. El aborto puede y ha de ser regulado (sobre todo en los plazos), pero no tiene sentido que se niegue la posibilidad del mismo porque las mujeres seguirán haciéndolo. Desconozco la sensación, pero imagino que una mujer que está embarazada no siente diferencia en los primeros meses entre su cuerpo y el feto, sino que es todo uno (su cuerpo, vaya).
SupprimerEstoy a favor del aborto voluntario y, si me apuran, hasta del obligatorio. Pero suscribo lo que dice 'Anónimo' respecto de lo falaz de algunos argumentos: no vale decir que no hay que tratar de evitar algunas cosas porque se vayan a seguir haciendo con peores consecuencias (robos arriesgados para los ladrones en lugar de a la luz del día y sin peligro si estuviesen permitidos, etc.), ni vale decir que sólo afectan al propio cuerpo (tampoco habría que tratar de evitar un suicidio, ni ponerse el casco en la moto o el cinturón en el coche) y, ya el peor, eso de que se debe permitir el aborto porque no obliga a nadie a abortar. Tampoco una ley que permitiese matar niños, ancianos o lapones obligaría a nadie a hacerlo. Dicho esto, repito: aborto voluntario y hasta obligatorio, pero con argumentos coherentes.
SupprimerFaltaba este punto de vista sobre el asunto... ¡el estético!
RépondreSupprimerY si es rey esta desnudo porque nadie dice nada.
RépondreSupprimerEn España, gobernando la derecha, en determinadas cuestiones relativas a las libertades y al respeto de la personas, está Madrid como si fuera Moscú, cierto es que los dos países llevan años de "transición", para librarse de las dictaduras políticas y religiosas largas, son necesarias varias generaciones, es un proceso lento. En Francia fue la diputada Simone Weil, superviviente de Auschwitz, la que presentó la Ley del Aborto en el parlamento apoyada por Jacques Chirac, de derechas. España es un país que no suelta el lastre. Son valientes las muchachas, pero qué triste que deban usar métodos violentos para defender sus derechos después de trienta años de democracia.
RépondreSupprimer¿Valientes muchachas? ¿Coerción visual ante la imposición del desnudo pecho? Si fuesen muchachos los intrépidos feministas, ¿serían también “valientes muchachos”?
RépondreSupprimerFumarolas por doquier para desviar la atención de un hecho incontestable: Lo solo y desprotegido que se ha quedado el ser humano ante la barbarie, más disfrazada que nunca de corrección política.
Y en medio del happening, con el que una puede sintonizar o no, rescato una frase lapidaria y cierta: “El aborto es sagrado”. Sí, como sagrado es el ser humano; como es sagrado el esfuerzo de hombres y mujeres por mantenerse dignos en la vida. Puede haber tanta responsabilidad en dar la vida, como en abortarla. Porque la vida en sí poco vale; vale bien poco si no reúne las condiciones de dignidad que la hagan merecer tal nombre. Y propiciar esas condiciones para todos los seres humanos no es, exactamente, una de las prioridades de nuestra organización social.
Sí, en medio de una burocracia social tristísima, resulta hipócrita y cruel la "defensa" de la vida a ultranza, mientras se aplica una bien calculada pena de muerte sobre millones de seres humanos ya salidos del útero materno.
Pero estas consideraciones no pueden si no ser, a su vez, más que tópicas evidencias que poco resuelven, porque nada puede hacerse si no son otros los valores humanos, tan traídos y llevados; entre los cuales el de la compasión sería el valor estrella, que diría Simone Weil:
"Nuestra época ha destruido la jerarquía interior. ¿Cómo va a dejar que subsista la jerarquía social, que no es más que una imagen grosera de aquélla?"
Querida Concha:
SupprimerHablas de happening y más abajo de dignidad, hipocresía y valores humanos haciendo una llamada a la ética. Sumo tus comentarios, les inserto después un "igual" y me sale Guantánamo, esa ignominia, vergüenza de la humanidad, mantenida por Baltasar tras el argumento falaz de imposible desaparición debido a la oposición republicana. Esto de jugar a la democracia a tres bandas, santificando o maldiciendo la repulsiva partida dependiendo exclusivamente de quienes sean los jugadores me produce rechazo total como ser humano de a pie (condición muy anterior a la de pertenecer a la izquierda o a la derecha). Sacaría también a colación ese castigo a Al Assad, finalmente "abortado" (en realidad la amenaza fue de principio a fin pura comedia bastante bien orquestada) que no llegó a producir la menor preocupación al occidente ramplón, siempre pendiente de consignas que determinen la actitud maniqueísta a adoptar. Se comprende tal inhibición y silencio disciplinado porque en ese ataque se sabía que no morirían pobres mujeres y niños, al contrario de lo que ocurrió en Iraq. En último caso hubiera sido calificado de "guerra justa y legal".
Me atraganto con las ruedas de molino. Puedo con casi todo menos con la demagogia que primero conoce al causante del latrocinio y después lo juzga, como hechos dependientes que producirán condena o absolución.
La discrepancia debe enriquecer la amistad, creo yo. Un abrazo.
Lo suyo hubiera sido 3 maromos con gabardina que hubieran abierto la misma dando paso a sus atributos ( con taparrabo o endildados ) , la imaginación nos jugaría una mala pasada y pediríamos punidad para un acto de exhibicionismo y mal gusto .
RépondreSupprimerLa modelo top gana 30 M. € y el modelo top 1 , la belleza está en la mujer y se abusa de ello .
Alice Munro premio Nobel de Literatura , leí es la Chejov canadiense lo que obliga a leerla . Una mujer puede escribir igual que un hombre y superarlo ( aportando cosas nuevas ) .
¿Será posible que nadie se de cuenta de la patraña peligrosa e interesada de la llamadas FEMEN?
RépondreSupprimerLa primera noticia que tuve de ellas me llegó a través de las fotos de una niña Tunecina -si, casi -que apareció en toda la prensa con comentarios de apoyo, para mi sorpresa, como si estuvieran todos allí preparados antes de que se quitara la camiseta.
Me chocó mucho esa imagen, además de las letras en árabe, muy bien pintadas, aparece fumando y tiene una venda blanca en la muñeca. Cualquiera puede ver eso, pero quizás no muchos lo miraron...
(Los países árabes son un buen mercado ahora que los del norte lo estamos dejando y que nuestros padres nos dejan, no como antes..)
Todo el lío que se trajeron después fue claramente una provocación y la chica, que probablemente esperaría salir del país, no lo consiguió.
Muy listas estas eslavas, ( aunque dan todo el perfil de chica de hamburguesería en patines, me parece a mí) que entran y salen de los sitios peligrosos y no les pasa nada nunca. Jo, que organizadas están por la causa.
Además, cualquiera que se fije se dará cuenta de que son "chicas de gimnasio", que sólo aceptarían a activistas con talla 36-38 y de unas determinada edad y proporciones.
¿que me lo estoy inventando? Por supuesto, pero he leído la opinión de mujeres activistas de los países árabes y de profesionales mucho mas enterados que yo y está claro que las provocaciones tienen un significado que nada tiene que ver con los "pretendidos derechos de las mujeres".
Por eso Señor Trapiello, que hayan aparecido en nuestro congreso, da que pensar.
Y lo del eslogan, con la palabra "sagrado" no representa a ninguna mujer, a ninguna, de eso estoy segura.
Espero que nuestras hijas desconfíen de quien usa su cuerpo como arma política. Se les ve demasiado el plumero.
La vida es cosa de mujeres. Diosa en la tierra, solo la mujer. Dios de cielos e infiernos, el hombre siempre está de viaje.
RépondreSupprimerHay que reconocer, gozosamente, que tienen unas buenas domingas.
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