QUEDE para mañana la entrada que se anunciaba ayer. "La actualidad manda", se dice en las redacciones de los periódicos.
Ayer se publicaba en El País este reportaje de Tereixa Constenla, a cuyas preguntas respondía uno hace algunas semanas. Aquí van esas respuestas tal como se las envié. "El espacio manda", se dice en las redacciones de los periódicos, y quizá esté bien darlas a conocer sin tanta síncopa.
1. -Cuando escribiste el primer diario, ¿pensabas que su finalidad sería su publicación casi inmediata o eso vino después?
Tengo cuadernos, inéditos, desde 1978. Pero sólo me decidí a publicar el primero (de dieciocho hasta la fecha) en 1990. Se titulaba El gato encerrado. Estaba escrito en 1987. Ha sido siempre así: escribo (a mano, en libretas y cuadernos, allá donde estoy) y años después, tres al principio y ocho ahora, los corrijo sin atenerme estrictamente a los hechos (unas veces sí y otras no). En todos los casos se escriben como diarios y se publican como novela. Esto desconcertó al principio, incluso irritó a algunos críticos, que lo creían un abuso. Y tenían razón. La literatura es siempre un abuso, explora los límites y los traspasa. En todo caso ni yo ni mi vida daríamos para un diario (*). Como diarista, soy un diarista de viejo, reiterativo y lleno de manías. Como novelista hago lo que puedo, en la cuerda floja. Escribí El gato encerrado pensando en publicarlo, naturalmente.
2. -¿Hay una fórmula mágica del diario de éxito?
¿Diario de éxito? Eso parece un oxímoron, como lo de "El pensamiento navarro" del que habló Baroja. La mayor atención que se les presta hoy tiene que ver, creo, con cierto descrédito de la ficción. Eso explicaría la autoficción en la novela, tan común hoy; menos frecuente hace veinte años. El éxito en todo caso es un sistema métrico poco fiable, o mide de más o de menos.
3. He leído en eldiario.es que de uno de tus ejemplares (El fanal hialino), disponible en una biblioteca madrileña, se han arrancado las últimas 15 páginas. Y que en otros, los lectores escriben a mano los nombres de personas que tú identificas solo con una inicial. ¿Cómo valoras estas reacciones de tus lectores?
1. -Cuando escribiste el primer diario, ¿pensabas que su finalidad sería su publicación casi inmediata o eso vino después?
Tengo cuadernos, inéditos, desde 1978. Pero sólo me decidí a publicar el primero (de dieciocho hasta la fecha) en 1990. Se titulaba El gato encerrado. Estaba escrito en 1987. Ha sido siempre así: escribo (a mano, en libretas y cuadernos, allá donde estoy) y años después, tres al principio y ocho ahora, los corrijo sin atenerme estrictamente a los hechos (unas veces sí y otras no). En todos los casos se escriben como diarios y se publican como novela. Esto desconcertó al principio, incluso irritó a algunos críticos, que lo creían un abuso. Y tenían razón. La literatura es siempre un abuso, explora los límites y los traspasa. En todo caso ni yo ni mi vida daríamos para un diario (*). Como diarista, soy un diarista de viejo, reiterativo y lleno de manías. Como novelista hago lo que puedo, en la cuerda floja. Escribí El gato encerrado pensando en publicarlo, naturalmente.
2. -¿Hay una fórmula mágica del diario de éxito?
¿Diario de éxito? Eso parece un oxímoron, como lo de "El pensamiento navarro" del que habló Baroja. La mayor atención que se les presta hoy tiene que ver, creo, con cierto descrédito de la ficción. Eso explicaría la autoficción en la novela, tan común hoy; menos frecuente hace veinte años. El éxito en todo caso es un sistema métrico poco fiable, o mide de más o de menos.
3. He leído en eldiario.es que de uno de tus ejemplares (El fanal hialino), disponible en una biblioteca madrileña, se han arrancado las últimas 15 páginas. Y que en otros, los lectores escriben a mano los nombres de personas que tú identificas solo con una inicial. ¿Cómo valoras estas reacciones de tus lectores?
No me gusta que se maltrate a los libros, ni
siquiera los míos, y menos aún los de las bibliotecas públicas.
Además lo probable es que se equivoquen. En esos libros míos la mayor parte de
los personajes aparecen como X. Cuando escribo, por ejemplo, "me he
encontrado con X, una excelente persona", nadie me da las gracias. Si
escribo "me he encontrado con X, que es idiota", se postulan veinte o
treinta. Esto sólo puede querer
decir tres cosas; una: quien más, quien menos, somos criaturas inseguras, algo
infelices y dignas de lástima; dos: el número de idiotas es por desgracia
superior al de las buenas personas, y tres: los idiotas son siempre malos
lectores que quieren cortar pelos en tres y no dejarse llevar por la ficción.
La literatura es como un vals, están los que se dejan llevar por la música y
los que sólo miran la punta de sus zapatos, que son, como es sabido, el ombligo de los pies.
(*) Veo en el reportaje aludido que el novelista V.-M. expresa la misma idea a propósito de quienes como uno, y llevando una vida tan griste, hemos descubierto a tiempo cuánto mejor que escribir de uno mismo es hacerlo de quienes llevan una vida trepidante y feliz de frenesí y fantasía, por ejemplo en "Guadalajara en un llano, Mésico en una laguna (bis)".
Arequipa, 24 de septiembre de 2013 |
Hola, Andrés. Poder leer los diarios inéditos, de 1978 a 1986, sería fantástico para los adictos al Salón de Pasos Perdidos (me conformaría ni aunque fuese con echarle un vistazo al de 1985, por si hay mención de un entierro en el mes de abril y de la historia que hay detrás). Saber que hay diarios sin publicar hace de todo esto algo aún más novelesco, como de libro de aventuras. Ah, y lo que decía Vila Matas en el artículo sonaba a sandez total. Todos llevamos vidas grises y aburridas, pero de todas se puede sacar algo que contar. Depende de la visión de cada uno el hacer de ello algo interesante, sea novela, diario o mezcla de ambos. Un saludo.
RépondreSupprimerSi tiene cuadernos desde 1978 y no los ha publicado, será, entiendo, porque cree que no reúnen la calidad suficiente. Sin embargo, cribando las páginas y párrafos que sí merecerían salvación hasta 1986, a lo mejor podría construirse un buen portón de acceso al Salón, al estilo de lo que hizo Pla con El cuaderno gris y sus obras completas. Ánimo! Por otro lado, me uno al coro de voces de los que le piden que intente mantener el ritmo anual de publicación del Salón, aunque sé que no es fácil. Buen día.
RépondreSupprimerHe leído algunos de los volúmenes del Salón PP. Llegué tarde y empecé con él 7 "Una caña que piensa", me gustó tanto que empecé a comprar y leer todos los que pude, el 1, el 2, el 17 y el 18. Los tengo todos salvo del 3. El tejado de vidrio (1994), 4. Las nubes por dentro(1995), 5. Los caballeros del punto fijo (1996) y 6. Las cosas más extrañas (1997). Los he buscado en internet, en librería on-line de viejo, en librerías con fondo antiguo, nada, no he podido hacerme con ellos, bueno en una de Sevilla, cuyo nombre no recuerdo me pidieron 599 euros por "Las cosas mas extrañas" y les dije que si rebajaban a un precio razonable podría pensarlo, se negaron amablemente. Si algún lector de este almanaque sabe de un sitio, lugar, librería, almoneda y rincón donde se puedan adquirir se lo agradecería mucho.
RépondreSupprimerCuriosamente, hallándome de vacaciones en Sevilla, encontré que estaba todavía a la venta un ejemplar nuevo de la primera edición de Las cosas más extrañas. El hecho me sorprendió, porque eso fue en enero de 2011 y la edición es muy anterior, y sé lo difícil que es a veces encontrar estos libros en sus ediciones originales. Al día siguiente, volví de nuevo a la librería y el ejemplar ya no estaba...
SupprimerEn mi comentario anterior me ha faltado decir que la librería era la Casa del Libro. Como broma estaría bien que fueran los de la librería de viejo los compradores, y que pidan, sin que les tiemble el pulso, 600 euros por un libro comprado por ellos el día anterior por 20...
RépondreSupprimerMuy guapa la foto con las dos cholitas y el cartel anti cártel . Cerca de Arequipia en Piura se desarrolla el héroe discreto de MV. , me llamó la atención que Mario hiciera una una amplia reseña sobre Tamara Lempicka en un impas de la novela . Sobre el articulo no se de que va pero resaltar lo de romper las hojas del libro y tal perece una astracanada , son periodistas que están aprendiendo aunque la mayoría se creen que lo tienen todo sabido .
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