EL amigo Félix Ovejero, patriota ejemplar, pone al pie de sus correos el que es lema de su vida: ubi bene, ibi
patria ("donde se encuentra tu dicha, está tu patria"). Algo parecido decía en 1590 Diego de Saldaña, indiano, a su mujer
Águeda Martínez. La animaba a dejar su aldea, Villanueva de Alcardete, y
reunirse con él en Cartagena de
Indias, para lo que trataba de quitarle temores de navegación y otras
melancolías: “Ni se os ponga delante [ni os lo impida] vuestra patria, pues lo
que se debe tener por tal es donde se halla el remedio”.
Foto de Rafael Trapiello. Urbasa (Navarra). 10 de noviembre de 2013 |
Cuando vamos creciendo nos damos cuenta con cierta decepción de que podíamos tener unos padres mejores. Curiosamente poco tiempo después descubrimos que también los podíamos tener peores. Y entonces los asumimos y hasta los mitificamos porque algo muy poderoso nos une a ellos: la sangre, los antepasados, los años compartidos, las ilusiones y hasta una parte del futuro. Lo que haya de cierto o de ofuscación sentimental en nuestro reacción poco importa, igual que entregamos el relevo a unos hijos decidiendo sin dudar que por ser nuestros son insuperables.
RépondreSupprimerUn 10 a esa foto , parece un paisaje impresionista de Pissarro o VG. , me ha llamado mucho la atención .
RépondreSupprimer"Patria est, ubicumque est bene". (La patria está allí, donde uno se encuentra bien).
RépondreSupprimerCicerón, Disputaciones Tusculanas, 5, 37, 108.
"Crates disait que sa patrie à lui c'était le mépris de l'opinion des autres."
(Fustel de Coulanges. La cité antique)
Mi patria ha estado hoy en un supermercado de Alcobendas desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde como voluntario en la operación de recogida de alimentos. Le invito a usted y a otros muchos a conocer este tipo de patria, humilde, casposa y opaca, donde uno asiste al grandioso espectáculo de la generosidad....y se siente bien.
SupprimerNo sabe usted lo mucho que me alegro de encontrarme con alguien (aunque sea virtualmente) tan contento de conocerse a sí mismo. Le felicito por su inmensa generosidad, así como por el recato y la humildad con los que nos hace partícipes de ella y que me han recordado las del insigne San Francisco de Asís. Espero que no haya olvidado darle gracias a Dios de haberlo creado tan semejante al "poverello". A mí me ha obligado a vivir a miles de kms de Alcobendas, por lo que lamento decirle que por el momento no podré imitar su epopeya caritativa, contratiempo del que espero poder consolarme esta noche leyendo "Vies de Job" de Pierre Assouline.
SupprimerLo ha desenfocado usted: Lamento decirle que por lo que hablé con mis compañeras y compañeros no tuve la sensación de que fueran franciscanas o franciscanos, precisamente. Solo pretendía decir que hay muchas formas de hacer patria: únicamente hace falta unidad y compartir el mismo deseo de ser humano, aunque sea un ratito. Y, por cierto, el Banco de Alimentos es una organización completamente laica, yo creo que usted bromeaba pensando en Cáritas. Y no sea tan ácido, hombre, no busque soberbia donde solo hubo la sana intención de dejarse llevar por la espontaneidad, como otros quince mil madrileños y madrileñas. Entienda mejor que como humilde escritor ayer al volver a casa se me ocurrió jugar con la patria y mi experiencia de todo el día, pero tal vez no lo conseguí o usted quiso desquiciarlo. Sea como fuere, repetiré, mezclado entre ugetistas, fachas, ateos y católicos.
SupprimerAbracadabra , ¡ La rebelión en las mesas ! , hay mucho morboso y nadie regala nada tal como está la vida ; se nos quiere presentar la patria Cataluña tan empindongada que parece vayamos al Carnaval .
RépondreSupprimerQuizás la patria sea ese lugar acogedor donde uno se encuentra bien, nada más y nada menos. Ese bosque de Urbasa, magníficamente fotografíado por RT. Un paseo, los olores... Una patria.
RépondreSupprimerHermoso el otoño de Rafael.
RépondreSupprimerDos formas, bellas ambas, de referirse a vencer ataduras, romper lazos, a ser en definitiva más libres e ir allá donde quiera que nos aguarde la felicidad o, siendo más modestos, el sentirnos bien, a gusto o la mera posibilidad de ganarse el pan. Allá donde esté "el remedio".
RépondreSupprimerNormalmente me gusta la síntesis extrema de las máximas latinas; pero la manera en que Diego de Saldaña anima a su esposa a que se deje de temores y enrraizamientos y vaya a reunirse con él, tiene algo de clásica y un gran pálpito de vida. Suena decidida, conminatoria, y a la vez tierna y comprensiva. Espero que ella le hiciese caso y que ninguno de los dos lo lamentase después...
¡Y qué decir de la fotografía de Rafael Trapiello! Es una de las más bellas fótografías de pasisajes que he visto en mi vida. Con frecuencia me admiro en el otoño de la belleza de las inagotable variedad de colores de las hojas, ya sea aún en las ramas, ya caídas sobre la tierra; pero esta foto va a aún plus ultra.
¡Chapeau!
P.D. Llegué hasta aquí siguiendo el olor de las castañas. Las mismas que asamos en casa ayer por la tarde por petición de mi hija, niña de Whatsapp, Snapchat y demás; pero que pidió ayer castañas, traídas de Galicia, y que comimos todos con fruición, igual que hace siglos, aunque en una casa más confortable y asadas en un horno que no hace humo. Ya sé que no es lo mismo, pero es que uno vive en la periferia...