LA erudición, al menos para los que no somos eruditos examinados, es una fuente de ilimitados e inofensivos deleites, como lo es para un niño esa cama elástica en la que puede pasarse saltando todo el día, sin cansarse. Porque lo cierto es que la erudición nunca le va a llevar a uno más alto que adonde le lleve su propio impulso, pero en ese trayecto cuánto goce y qué excelsas panorámicas las que se ven cuando no se tienen los pies en el suelo.
Y aunque la erudición tenga pésima fama ("no es sordo el mar, la erudición engaña" decía Góngora en celebérrimo verso), lo cierto es que sólo por ver cómo vienen a nosotros los datos, como pollitos a los que se echa de comer un puñado de trigo, pita, pita, pita, vale la pena ser erudito, siquiera dominguero.
Uno lo es, sobre todo dominguero, porque debe a los andorreos domingueros del Rastro más de lo que haya podido aprender, claro que siempre de una forma caótica.
Aunque no del Rastro, sino de una vieja almoneda de Madrid, vino esta fotografía de don Niceto Alcalá Zamora. Prometí buscársela al amigo Fernando Arcas, que le llevará a uno a Priego a ciertas jornadas organizadas por la Institución que lleva el nombre del Presidente de la República, y aquí está. Dentro del universo alcalazamorino será poca cosa, seguramente, pero en la erudición no hay nada ruín: toda broza hace pared (¿quién nos dice que en la dedicatoria de esta foto no se esconde una novela?).
Novela, desde luego, hay en la vida del político, cuya casa fue asaltada y saqueada en los primeros meses de la guerra, que le sorprendió fuera de España. No volvería ya nunca. Entre las cosas que le robaron se encontraban sus diarios, que fueron publicándose mutilados en la prensa republicana con patentes propósitos denigratorios, al igual que los hubo en la publicación de los de Azaña, también manipulados, en la prensa de los rebeldes, y en eso y en mil detalles más vemos que se podría hacer con las vidas de ambos unas de aquellas que Plutarco llamaba "paralelas".
Pasados los años, y después de habérseles perdido la pista...
Dejemos que lo cuente wikipedia:
"A mediados de diciembre de 20081 unos 1.200 documentos históricos fueron recuperados por la Guardia Civil.2 Entre ellos estaban las memorias manuscritas del presidente, así como cartas y diversos papeles que le fueron sustraídos en febrero de 1937. Un empresario anónimo ofreció en venta los valiosos documentos al escritor César Vidal, quien se puso en contacto con el historiador Jorge Fernández-Coppel, y con el Grupo de Patrimonio de la Guardia Civil, para que su colega se reuniera con el empresario en Valencia y, así, pudiera ser incautada la documentación mediante la intervención de un agente de incógnito conocida como laOperación León.3Rogelio Blanco Martínez, firme defensor [e impulsor] de la Ley de la Memoria Histórica, decide mantener ocultos estos diarios donde el que fuera presidente de la Segunda República entre 1931 y 1936 reflejaba la realidad del proceso político de aquel período.4 (...) Entre las 1.100 páginas de los papeles que mantiene secuestrados el Ministerio de Cultura se encuentra una explicación de los sucesos de la Revolución de octubre de 1934 y la constatación del fraude en las elecciones que dieron el triunfo al Gobierno revolucionario del Frente Popular. José Rodríguez Labandeira, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid, considera que aportará luz sobre la destitución ilegal del presidente tras las elecciones de febrero de 1936".
Este Rogelio Blanco fue, en efecto, un oscuro funcionario más tenebroso que blanco y más azulete que rojo... Pero siendo de León, no será del todo malo, y bien merece que sea otro con mejor plectro el que cante su novela.
Este Rogelio Blanco fue, en efecto, un oscuro funcionario más tenebroso que blanco y más azulete que rojo... Pero siendo de León, no será del todo malo, y bien merece que sea otro con mejor plectro el que cante su novela.
La dedicatoria puede ser: "Al amigo Azorín con afecto. N. A. Zamora-"
RépondreSupprimerDemasiado bonito para ser real, pero ninguna de las aes mayúsculas se parece. Gracias.
SupprimerEn los papeles de don Niceto se abordará el fraude de las elecciones de febrero del 36; ya es más dudoso que reconozca su tremenda responsabilidad en que la República naufragara, con los manejos que hizo para provocar esas elecciones, confiando torpemente en que las ganaría una candidatura de centro patrocinada por él. Como es sabido, el Frente Popular no solo no quiso devolverle el favor sino que encima, le cubrió de ignominia -con perdón, don Andrés, por la palabrita- echándole de la presidencia tras alcanzar el poder.
RépondreSupprimerDavid Fdez.
Algo sucedió en 1623 , cuando Carlos Estuardo quiso casarse con la serenísima infanta Maria de España , Gongora hizo un poema al respecto , motivo por lo que invito a los lectores a leer mi comentario en el post de Hemeroflexia del 26 de Agosto de 2013 , entonces no sabia el dato de Carlos I de Inglaterra y dado que se trata de una invitación a leer este relato y si alguien tiene razones para sentirse defraudado por el mismo , prometo compensar enviando un libro bueno con porte a mi cuenta , gracias .
RépondreSupprimerGran mensaje el del héroe desconocido , esperanza .
La erudición es clave para escribir comentarios y escribir en general ¿ Como sino puedes poner las palabras exactas de forma intuitiva ? , ¿ Como puedes acertar con palabras que otros desconocen y evitan ser prolijo y redundante ?. Si un escritor hace un trabajo bueno obliga a los comentaristas a ser mejores y crea afición , la
RépondreSupprimerafición genera erudición ya que escribir mejor te exige saber mucho mas y te mete en un circulo vicioso , un vicio de dioses .
En fin escrito a bote pronto .
Saludos y lean solo libros de grandes autores , sin abusar claro
Walter Benjamin huyendo de los muy rudos con las fichas y manuscritos del “Libro de los Pasajes” (“más importante que yo”, advertía) y eligiendo el último y definitivo al cortarle otros muy rudos el pirenaico. “Un héroe de la erudición”, hubiera dicho Kafka. “No hi ha cap document de la cultura que no ho sigui també de la barbàrie”, según piedras judías rezan en Portbou. Septiembre de 1940. Don Niceto, en Francia todavía, incómodo también lejos de su chalé en los bulevares madrileños (“Casa de Córdoba” en la posguerra, en la calle Sagasta actual, creo recordar).
RépondreSupprimerLa foto es muy probable esté hecha en el chalet u hotelito que poseía en Martinez Campos, qué por los años 70 se vendio y derribó para hacer pisos, recuerdo haber visto el estilo de la cerámica del banco en varias ocasiones.
RépondreSupprimerFernando
Erraiz?
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